“Yo no sé si el mundo ha mentido
Yo he mentido”
L. C.
Mañana inventaré un truco nuevo.
Hoy no.
Hoy el sombrero está vacío y las cartas están dispersas por el piso.
Se quebró la varita y la paloma se voló en el ensayo.
Hoy todo juega en contra.
Los espectadores miran sus celulares y la ayudante perdió un dedo en el
ensayo de la parte con cuchillos.
El ventilador gira como si quisiese hipnotizar a alguien que ya se ha
ido.
La única entrada que se vendió fue pagada con un billete falso.
Hoy todo juega en contra.
Para mañana me comprometo, sin embargo, a inventar un truco nuevo.
Una desaparición sencilla, tal vez.
Una ilusión sana.
Esta noche me preocuparé de ordenar lo necesario.
Iré tras la paloma y el conejo.
Zurciré el traje y recogeré las cartas.
Escogeré una música de fondo.
Entonces haré el truco.
Tal vez alguien lo descifre, pero lo importante es otra cosa.
El mundo tendrá esa pequeña grieta necesaria.
El mundo (y no yo) tendrá esa grieta.
Todo eso será mañana, claro.
Hoy no.
Hoy todo juega en contra.
Y es que hoy el mundo, parece preparado contra cualquier golpe.
Hoy parece atento a descubrir cualquier truco.
Mañana en cambio inventaré, como decía, un truco nuevo.
Mañana será el día.
Entonces, los espectadores verán que todo lo que sigue estará en sus
manos.
El ventilador dejará de funcionar.
Y así, finalmente, el mundo no tendrá más remedio que dudar de sí
mismo.
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