lunes, 28 de noviembre de 2022

Volvieron los caracoles a ese jardín.


Volvieron los caracoles a ese jardín.

O al menos yo volví a verlos.

Los encuentro junto a él, en realidad.

Saliendo o regresando, probablemente.

Me preocupo de no pisarlos, cuando camino por un pequeño camino que está a un costado.

Me preocupo sobre todo en la noche que es cuando salen.

Entonces los tomo con cuidado y vuelvo a depositarlos en el jardín, entre las plantas.

Después, dejo de pensar en ellos hasta que vuelvo a encontrarlos, otra noche.

Solo entonces, no sé bien por qué, me pongo a escribir sobre aquello y pensar algunas cosas.

Por ejemplo, he comenzado a pensar hacia dónde van los caracoles cuando salen del jardín.

O por qué salen si nada hay para ellos, más allá de esas plantas.

Y claro, como no tengo respuestas, sigo escribiendo sobre ello.

Eso es lo que hago, por cierto, ante todo aquello que no logro comprender.

Ante toda pregunta que queda lanzada así de pronto, sin dirigirse hacia algún sitio.

La recojo, supongo, así como hago con los caracoles y la llevo hasta el jardín de esta hoja.

No sé mucho más sobre cómo funciona todo aquello.

Si es que funciona, de alguna forma.

Solo digo que volvieron los caracoles a ese jardín.

Y a este jardín.

O al menos yo volví a verlos.

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