viernes, 26 de agosto de 2022

Un bucle dentro de un chicle.


I.

Dice la leyenda que alguien escondió un bucle, dentro de un chicle.

Probablemente lo hacen para que rime, simplemente, y contar la leyenda en forma de canción.

Pocos creen, por lo mismo, en la seriedad de esa leyenda y sonríen al escucharla.

Yo los noto nerviosos, sin embargo, cuando vuelve a mencionarse.

Un bucle dentro de un chicle, les digo, y ellos sonríen, otra vez.

Me refiero a que sonríen, sin excepción, cada vez que se los digo.


II.

Según esta leyenda, cuando alguien masca el chicle y llega de pronto al bucle, no solo ocurre que vuelve a mascar el chicle, sino que el bucle se extiende afectando todo, alrededor.

Desconozco hasta qué punto o momento retrocede, pero lo importante es que vuelve a repetirse.

Y que tanto el chicle como el bucle vuelven sin duda a un estado anterior.

El estado en que el bucle está oculto e inmerso en el chicle.

Eso es, al menos, lo que dice la leyenda.

Lo que me pregunto, sin embargo, es si entre tanto bucle, el chicle pierde -o no pierde-, su sabor.

El chicle que tiene el bucle, me refiero, y el sabor que está en el chicle.

O que estaba o nunca estuvo.

Vaya uno a saber.

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