viernes, 15 de octubre de 2021

Un paraguas puede ser un arma.


Ella dijo (en síntesis):
Ha hecho calor estos días. O sea, un poco de frío por las mañanas, pero un calor molesto por las tardes. Dentro de todo es normal, en esta época. Lo extraño es que ayer vi a tres personas con paraguas. Paraguas cerrados por supuesto, pero los llevaban de igual forma, como si hubiese amenaza de lluvia. Tres personas en lugares distintos, me refiero. En plena tarde, en medio del calor. Pero el cielo estuvo despejado todo el día.

Él dijo:
No sé si estuvo despejado todo el día. No lo recuerdo bien, pero me parece haber visto muchas nubes, al menos, por la mañana. No vi gente con paraguas, claro, pero tal vez podría ser. A veces es más sugestión de uno. Por ejemplo, ayer vi a una persona leyendo un libro sobre Violeta Parra, y luego, vi a una persona exactamente igual a Violeta Parra, o a la imagen que de ella tenemos al menos, a partir de las pocas fotos que he visto por ahí. Tal vez no se hubiera parecido a Violeta Parra si no hubiese visto el libro, anteriormente… No sé si me explico.

Ella dijo:
Entonces según tú estoy equivocada. No vi a las personas con paraguas, sino que imaginé a las personas con paraguas en distintos momentos del día porque tú tienes una teoría que respalda esa impresión. Pues ya ves qué sucede cuando intento simplemente compartir una observación contigo. Sacas tus armas y atacas. Intentas hacer daño. Ningunear mis observaciones o explicarlas como si fuesen síntomas de una enfermedad, eso es lo que haces.

Él dijo (en síntesis):
No dije que estabas equivocada y por lo mismo no saqué armas como dices tú, pero en realidad da lo mismo. Solo aclaro que no son armas y que no hay ataque, salvo cómo lo percibes. Pero si te lo explico dirás que nuevamente estoy anulando tu observación. Prefieres ver armas cuando en realidad lo que hay es justamente… no sé… un paraguas, por ejemplo… Innecesario probablemente porque todo de alguna forma es innecesario y fortuito, pero te niegas a ver eso o te cuesta hacerlo.

Ella dijo:
Entonces veo tu paraguas como un arma y veo un paraguas donde los otros llevan, no sé… supongo que no entendí bien... Pero no quiero que me lo expliques. Además, un paraguas también puede ser un arma, no te olvides de eso. Depende de cómo lo uses.

Él dijo:
También puede ser que tú te arrojes contra el paraguas como si te estrellaras contra una muralla. Supongo que convendrás en que la muralla no es un arma.

Ella dijo:
No quiero hablar más. Contigo, al menos, nunca más.

Él dijo:
Mientes. Ahora y todo el tiempo. Te mientes, más bien. Eso es lo que pasa.

Ella dijo:
(…)

Él dijo:
(…)

*Poco después cada uno se fue, en una dirección distinta.

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