sábado, 30 de octubre de 2021

Para que no se escape.


I.

Me despierto con una sensación extraña, tarareando una canción.

Poco a poco se me olvida la letra, aunque logro retener un par de versos del coro:

Las zapatillas te harán falta
si vas de paseo al alba.

Anoto en un papel los versos, para no olvidarme.

De todo lo demás, tal como creí que pasaría, me olvidé completamente esa misma mañana.

Así es siempre como ocurre.


II.

En otra oportunidad, desperté recordando un rostro.

Cada una de sus facciones, recordaba.

Era un rostro de mujer, algo anguloso y de pómulos marcados.

Intenté dibujarlo en varias oportunidades esa misma mañana.

Me quedó horrible, en definitiva, tanto así que ni siquiera parecía un rostro.

De hecho, cuando se lo mostré a mi hijo, horas después, no se dio cuenta de qué se trataba.

Según recuerdo, creo que me dijo que parecía un mapa.


III.

Tal vez guiado por la canción que recordaba, salí de madrugada, a dar un pequeño paseo.

A diferencia de lo que recomendaba el coro, sin embargo, preferí salir descalzo.

Llegué hasta una pequeña plaza, que hay cerca de mi casa, y me quedé ahí un rato.

Poco después, decidí volver en cuanto percibí que un caracol había comenzado a subirse a uno de mis pies, que estaba sobre el pasto.

Sin asco, lo dejé pasar al otro lado, observando la huella plateada que dejaba en mi piel.

Vuelvo entonces a casa, a escribir rápidamente lo sucedido, para que nada se escape.

Eso es lo que hago ahora.

Pero claro, igual se me escapa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales