viernes, 6 de julio de 2012

Evidente.


“Hay gigantes al rojo vivo,
gigantes templados
y también hay gigantes fríos…”
D. F. W.


Es así, claro, pero a veces no.

Me refiero a que es obvio, nítido, evidente… pero aún así no suele llegar a existir del todo.

Aunque claro, si somos rigurosos, ninguno de nosotros existe del todo, y lo único evidente termina siendo siempre la forma en que nos cuestionamos por los otros, o por aquello que nos rodea.

Así, lo evidente viene a ser siempre reflejo de un estado concreto –nuestro-, frente a una manifestación también concreta, pero que existe fuera de nosotros mismos.

Y claro, podría aquí llenar de ejemplos y situaciones que poco han de importar al lector. Por lo mismo, quedo satisfecho con plantear una cuestión básica: lo evidente no siempre se manifiesta por medio de las formas habituales.

Suena extraño –lo sé-, y poco claro, pero lo cierto es que es la única manera de acercarme a decir lo que verdaderamente siento respecto a aquello que creemos que existe de manera descubierta.

Y es que nada, por cierto, existe de una manera que no sea descubierta, y para todos.

Esto mismo -este escrito, me refiero-, si usted lo observa atentamente, es justamente reflejo de todo aquello.

Un árbol, afuera, golpea sus ramas contra mi ventana.

1 comentario:

  1. Lo que solemos entender como "evidente realidad" -dicen- resultaría ser sólo ilusión en la que creemos vivir...algo parecido a aquello de las sombras en la cueva.

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