-Es lo mismo, lo que pasa es que yo lo cuento a mí
manera.
-¿Qué cosa?
-El mundo.
-Mmm… no te entiendo… dame un ejemplo.
-¿Te acuerdas de Pascual?
-No.
-¿Ni del nombre?
-El nombre sí… me suena.
-Pues un día vi a Pascual tocándote a escondidas
cuando tú aún eras pequeña.
-¿Al tío Pascual?
-Sí… ves que sí te acuerdas…
-No, no me acuerdo… y no te creo nada…
-Pues yo lo vi y era cierto. Estábamos en la casa
de él, en la playa… papá había ido a comprar y el tío Pascual te estaba tocando
mientras te ponías un traje de baño…
-¿Y tú estabas viendo?
-Yo estaba en el patio, mirando por la ventana…
había cortinas, pero una estaba corrida y podía verse…
-¿No me estás mintiendo?
-No, tú sabes que no miento.
-Pero es que eso es terrible… o sea, si es cierto y
tú lo viste…
-Cálmate.
-¡¿Cómo voy a calmarme…?! Me estás diciendo algo
grave… ¡Dios mío…!
-Dios no encaja en todo esto.
-¡¿Puedes dejar de jugar con tus frases…?!
-Lo lamento…
-No lo lamentas, ¡estás hablando de una puta teoría
sobre los puntos de vista y de pronto me sales con que abusaron de mí…! ¿Acaso
no comprendes lo que estás diciendo…? ¿No entiendes que es un poco tarde para
decirlo?
-Fue algo que no te afectó.
-¡¿Qué…?!
-Que no te afectó… era mejor dejarlo así, en tu
mundo eso sucedió de otra forma…
-¿Me estás diciendo que no lo dijiste para
protegerme?
-No, no es eso… no tenía nada que proteger… la
verdad no debe protegerse… es decir, no es una catástrofe…
-No logro entenderlo…
-No debes entenderlo… tú estabas en un mundo y yo
en otro, eso es todo…
-Pero estás diciendo que un adulto me tocó, cuando
era niña… eso no puede dejarse así… no decir nada…
-Pero eso sucedió en mi mundo, no en el tuyo.
-¡Pero me tocaron a mí…! ¿Acaso no pensaste que
podría hacerme daño…?
-No te hizo daño… además entonces volvió papá… y yo
dejé de estar en mi mundo y me metí por un momento al tuyo, donde lo ocurrido
no parecía tener importancia…
-¡Pero no puedes estar en dos mundos…!
-No puedes estar en dos mundos sin mentirte, es
cierto… pero yo mentí… siempre lo hacemos para estar en el mundo de los otros…
-¿Esa es tu forma de vivir?
-No ahora, pero lo fue en ese entonces, y creo que
fue lo mejor…
-¿Pero y si me hubiera afectado…?
-No te afectó.
-¿Y si el tío Pascual hubiese querido volver a hacerlo
y…?
-El tío Pascual murió y ya no importa.
-Pero en ese entonces…
-En ese entonces los tiempos para estar a solas con
él eran mínimos, y no sucedió nada más…
-¿Cómo lo sabes?
-¿Sabes tú otra cosa…?
-Eres una mierda insensible… estás vacío… ¿lo sabes?
-No es así… mi mundo es simple, claro y humano…
-¡¿Humano…?!
-Sí, humano… lo comprendas o no…
-…
-Puedes enojarte si quieres… pero sé que hice lo
correcto… lo que ocurre es que el círculo que dibujaste en torno a ti lo
hiciste muy pequeño y eres incapaz de ponerte en el lugar del otro…
-¡¿Puedes dejar de decir esas frases estúpidas…?!
-…
-¿Sabes…? Estoy nerviosa y no quiero hablar de esto…
-Te entiendo… lo lamento.
-No creo que o lamentes, pero dejémoslo así… quiero
irme ahora… estar sola…
-…
-¿No tienes otra puta cosa que contar, antes de
irme…?
-Sí. He visto a Dios, pero no creo que te importe.
Todo son círculos, cada cual dentro del suyo para no ver ni recordar o para ver al demonio o a Dios, esos círculos no son concéntricos, son cerrados a cal y canto. Tampoco se encuentran jamás dos paralelas.
ResponderEliminarMe quedo pensando en lo cerrado de los mundos y en la imposibilidad de paralelas. Resultaría ser casi imposible la comunicación verdadera.
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