“Guagua:
bebé o niño pequeño
en el léxico coloquial de países andinos.”
R.A.E.
Una amiga que es enfermera me contó de la guagua fea.
Al parecer, ella venía llegando a un turno cuando la llamaron de
maternidad.
-Tienes que venir a ver la guagua fea –le dijeron.
Y ella fue.
-Sé que suena cruel –me contó, más tarde-, pero es que no te imaginas
cómo es… si hasta los doctores más serios terminaron haciendo bromas y riéndose
en la sala de recién nacidos.
-¿Y cómo es…? –le pregunté entonces a mi amiga.
-Fea po, hueón, sí ya te dije…
-Sí, pero yo digo como es de fea… o sea sus rasgos…
-Es que no sé cómo explicarlos… es decir, es fea po, hueón… no es
deformidad, que ahí daría lástima u otra cosa, y lo que da en realidad es risa…
-¿Risa?
-Sí… si hasta hicimos un juego… el que aguantó más sin reírse fue el
gastroenterólogo, que llegó a los seis segundos… mirándola directo, me refiero…
-¿Y la guagua…?
-¿Cómo…?
-¿Qué hace la guagua cuando ustedes se ríen…?
-Ah… no sé bien… mira no más, supongo, como fijando la vista, pero sin
ver… como miran las guaguas po, hueón…
-Ah… -digo yo.
Luego, mi amiga comienza a buscar en su celular una foto para
mostrarme.
-Vas a ver que no exagero –me dice.
Pasa así un minuto.
-¿Conoces a Montesquieu? –le pregunto mientras busca.
Ella no responde.
-Montesquieu decía que la dificultad del humor consistía en encontrar
en las cosas un sentimiento nuevo, que sin embargo proviene de las cosas mismas…
-¿Eso tiene que ver con la guagua? –pregunta ella, todavía buscando.
Pero yo me quedo en silencio.
Pasa así otro minuto y al fin ella se rinde, sin encontrar la imagen.
-Puta… no sé por qué no la encuentro… -comenta.
-No importa -le digo.
-Es que de verdad te la quería mostrar...
-No importa -repito.
Luego nos miramos por un rato.
Luego ella se va.
No hay comentarios:
Publicar un comentario