-¿Y en qué consistiría el salto exacto, señor Vian?
-Pues lo cierto es que resulta difícil de explicar, pero podría adelantar
que esencialmente se trata de una prueba de precisión y destreza.
-¿Igual que las dieciséis anteriores que nos ha propuesto?
-No, para nada… de hecho, esta involucra aspectos más esenciales que las propuestas
anteriores.
-¿A qué se refiere?
-A que apunta a una cuestión primordial de todo ser humano, y que tiene
relación con el espacio del mundo que utiliza dicho ser.
-¿Podría explicarse mejor?
-Sí, por supuesto, pero creo necesario que comprenda el trasfondo antes
de llegar a especificar el aspecto físico.
-Pues yo le recomiendo que me diga prontamente de qué se trata el salto
exacto.
-¿No hay otra opción…?
-No.
-Entonces le diré que el salto exacto tiene como criterio fundamental
la precisión que ha de lograr un participante para saltar y caer en el sitio
preciso, desde el cual saltó.
-¿Me está hueveando?
-No, para nada.
-¿Pero espera usted que me tome en serio esa estúpida idea?
-Pues la verdad sí… para ser sincero.
-¡Pero si ni siquiera me ha entregado una información concreta…!
-¿Y qué desea saber…?
-No sé, señor Vian, cualquier cosa… ¿Qué tiene esa prueba de especial…?
¿Qué músculos trabaja…? ¿Qué diferencias tiene con el salto largo o salto alto…?
-Pues mire, la verdad es qué no sé algunas cosas específicas… pero
puedo señalarle al menos que la prueba es especial ya que trasciende a un
simple ejercicio físico…
-¿Está usted borracho?
-Eh… sí, pero eso no cambia la veracidad de mis palabras.
-¿Podría explicarse brevemente?
-Sin duda. La cosa es simple: un hombre está de pie. Un hombre salta.
Un hombre cae exactamente en el mismo espacio desde el que saltó.
-Eso ya lo había dicho… yo me refería a lo trascendente.
-Pues eso también es simple: un hombre existe. Un hombre se aleja del
espacio en que existía. Un hombre vuelve a existir en su misma existencia.
-¿En su misma existencia?
-Sí, es como caer en sí mismo, salir brevemente de la existencia y
volver a la misma, en el punto mismo en que se la dejó.
-Pero eso no es posible…
-Claro que lo es… con la técnica correcta, al menos.
-Pues no sé, señor Vian…
-¿Qué es lo que no sabe?
-No sé por qué insiste con esto.
-¿Tampoco le gustó esta propuesta?
-Es que no es viable… no sé si se da cuenta… quizá para una olimpiada
metafísica, pero…
-¡Espere…! ¿Puede repetir lo que dijo?
-Que no es viable su propuesta, señor Vian.
-No… me refiero a lo que dijo después…
-Ah… creo que le recomendé armar con sus pruebas una olimpiada distinta…
-¿Una metafísica?
-Sí… creo que eso dije.
-Pues le agradezco la idea… ¿Se lo imagina usted? Primera olimpíada
metafísica de Vian…
-Eh… sí, suena bien… pero claro, primero habría que ver para creer…
-No lo creo… creer para ver, suena mejor…
-Como usted quiera, señor Vian… pero le recomiendo que vaya a dormir un
poco, para que pueda diseñar sus olimpiadas por la mañana…
-Sí, quizá en eso sí tenga usted razón…
-Buenas noches entonces, señor Vian…
-Buenas noches.
Dar saltitos metafísicos, de alguna manera físicos,porque se fatiga materia gris, sin moverse, me gusta más el salto atrás, adelante, triple, mortal. Buenos sueños señor Vian.
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