jueves, 22 de julio de 2010

Semba-Tsuru.

.
Soy bastante torpe para las manualidades. Pero insistente. De vez en cuando me da por intentar algún pequeño dibujo en acuarela, o alguna marioneta con arcilla, o cosas por el estilo. Pero lo cierto es que son experiencias sin éxito.

A veces van bien encaminadas, pero viene una falla y todo queda hasta ahí; veo lo que he hecho y al final lo guardo, o lo boto y dejo de intentarlo por completo, o al menos por un largo tiempo.

Hoy fue el turno para el origami. Años atrás intenté con ello un tiempo, pero no había caso. Incluso siguiendo al pie de la letra las instrucciones, doblez tras doblez, pero siempre al final a mis figuras les faltaba algo... aunque no sé bien qué.

Todo comenzó porque leíamos con mi hijo un cuento donde se hacía mención al semba-tsuru, o las mil grullas, cierta creencia que señala que tras hacer mil grullas de papel puedes alcanzar la felicidad, o la buena salud, según la fuente de donde se obtenga la información.

Se hizo famoso a partir de una chica que hizo sus mil grullas para salvarse tras ser afectada por la bomba en Hiroshima -aunque al menos para ella no habrían tenido éxito-, por lo que cada 6 de agosto es una de las tradiciones que se realizan para conmemorar lo ocurrido en ese entonces.

La tradición sin embargo viene de mucho antes, por lo que se conocen varios orígenes y, desde ahí, numerosas variaciones. Yo me quedo con una que habla que la construcción de estas mil grullas porporciona la felicidad, pero siempre y cuando hayan sido hechas por mil personas distintas, quienes además te las hayan regalado por propia iniciativa y sin esperar recompensa alguna.

Además, según se señala en algunas versiones, cuando alguien intenta hacer las grullas para sí mismo, las figuras no suelen resultar... y las forma final queda algo distinta y no cuenta para obtener el efecto esperado.

Como sea, lo cierto es que intentamos con mi hijo hacer alguna. Él me contó que ya había intentado algunas veces siguiendo instrucciones, en su casa, pero que no había tenido buenos resultados. Al final lo convenzo para que intentemos y ahí estamos bastante rato intentándolo.

Tras fallar varias veces damos con un video en internet lo suficientemente claro como para que hasta yo pueda seguirlo... y bueno, los genes de mi hijo no difieren mucho y varias veces debimos comenzar nuevamente pues los resultados eran extraños y variados (lo más cercano que conseguimos fue una especie de pterodáctilo y algo similar a un avestruz, con patas y todo que salieron no sé de donde).

Por suerte el video nos sirvió un poco más y "algo" logramos construir. Al menos se ven simpáticas ahí una al lado de la otra sin que dudemos por instante cual es la que cada uno de nosotros hizo.

Como la idea es regalarlas mutuamente supongo que sólo faltan 999, lo cual ya es un avance.

Otro avance es descubrir en otro los mismos pliegues, las mismas terminaciones, y saber sin embargo, que somos distintos, distinguibles uno del otro como nuestras dos grullas...
.

______

Video para la construcción de las grullas:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales