Hace pocos días, estando con un amigo, comentábamos brevemente algunas cosas en relación al libro El reencantamiento del mundo, de Marshall Berman, un libro del cual yo había robado varios apuntes e ideas para algunos cursos de antaño y que ahora él estaba leyendo también.
Hoy lo recuerdo pues el libro en cuestión, para llegar a plantear la posibilidad de este reencantamiento, plantea previamente un desencantamiento del mundo, cuya raíz habría crecido a partir del distanciamiento de una visión en la que el hombre se veía como parte integradora del mundo -por lo que su significado siempre era buscado a la par del mundo que habitaba-, hasta llegar a oponerse a él, a distanciarse y perder esta visión integradora.
Si bien no pretendo aquí abordar lo que plantea ese libro, lo menciono pues aquel mundo encantado perdido, al que hacía referencia el libro, aquel mundo de la alquimia, del mundo y el hombre como el cuerpo de Dios, o de algo trascendente... todo ese mundo que se desvaneció a partir de las ciencias (Bacon, Descartes, Newton...) y que de pronto veo reflejado en una delicada película de animación del año pasado llamada The secret of Kells, de Tomme Moore y Nora Twomey.
Y es que esta película, ambientada en el siglo IX en una abadía irlandesa, reconstruye este mundo encantado ya perdido, rescata una imaginería celta que, sobre todo desde su imporonta estética, se desarrolla delicadamente en el film, llenándolo de colores como si fueran joyas, y, a la vez, como si las joyas estuvieran vivas, y brillaran suspendidas entre los árboles, como si fuieran frutas.
La historia trata de la construcción de un muro, y de la construcción de un libro -con ilustraciones que son las mismas que dan vida a la película-. Ambas construcciones, por supuesto, parecen tratar de salvaguardar un mundo, ante la invasión de los vikingos -aquí es donde me imagino a las ciencias atacando y burlándose de los alquimistas-, a la vez que se forman como resultado del esfuerzo humano, llevados por caminos aparentemente distintos.
Además de toda la carga visual impresionante que desborda este film, la música es también espectacular, parece seguir las mismas curvas de los diseños celtas que habitan este mundo: el diseño de los bosques y la música que lo acompaña, parecen entrelazarse justamente como los dibujos de aquel libro que se pretendía terminar.
Recién buscaba el autor de la música y descubro que es el mismo de Microcosmos, ¡con razón!, (Bruno Coulais) de nuevo encargado de crear la música para un mundo encantado y aparentemente nuevo, que viene a devolvernos un encanto ya perdido.
Un mundo en que todo parece ser un viaje hacia la luz, -y el adn de la luz tiene diseños celtas-, vivos y naturales y presentes en todo lo vivo que hay en el mundo -ahora estoy hablando del de nosotros-, y que a veces olvidamos está ahí, y hasta lo investigamos como si fuese algo lejano, muerto, o distinto a nosotros.
Y es que la película construye un mundo tremendamente hermoso, un mundo que dan ganas de habitar, o al menos, de arrancarse los ojos y dejarlos ahí... en algo que sin duda podría ser un paraíso para ellos.
Deben ir a donde yo no puedo, les diría, pero vuelvan y cuenten como era ese mundo. Y díganme también de qué color es el corazón vivo de ese mundo encantado.
Dejo links de la película en formato RMVD, con subtítulos incorporados:
ResponderEliminarParte 1: http://www.megaupload.com/?d=0C2J24OR
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Oye amigo, me gusto el trailer en el blog:
ResponderEliminarhttp://librosg.blogspot.com/,
gracias por la aportacion soy un compañero de foro de librosg.
Voy a tratar de bajar la peli.
Un amigo de Costa rica.
mmm, ok, aunque no tengo idea que es eso de libros... en fin. ojalá que aún existan los links.
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