domingo, 11 de abril de 2010

Un pequeño museo de cosas robadas.

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Esa idea tuve por un tiempo.
Digamos que por unos 15 minutos.
Aunque propiamente no sería un museo.
El sustento económico debía de basarse en otras cosas:
Un café, venta e intercambio de objetos.
O suvenires de objetos robados famosos:
Poleras con el pan de Los Miserables.
Llaveros con el fuego de Prometeo
Cosas por el estilo.
Supongo.

También podrían hacerse platos o tablas:
La entrada Jean Genet
Por ejemplo
O algunos sándwiches especiales.
Pero lo cierto es que más que a los grandes robos
Este sería un pequeño museo
Dedicado a los robos pequeños
De esos que no hicieron mucho daño
Y que pasaron desapercibidos
O casi:
El botón brillante de una chaqueta en una tienda,
Una revista que ya nadie leía en una peluquería,
El recuerdo que le sacaste a tu pareja cuando entendiste que te iba a dejar,
Las flores que robaba una niña en los jardines de un vecino…
Ese tipo de cosas
O a lo más
La placa que un niño le escondió a su abuelo
Y que luego no se atrevió a devolver.

Además, junto a los objetos expuestos,
Debía incluirse una pequeña historia
sobre la obtención de cada uno,
y especificarse aquello que perdimos
a modo de cambio.

Para aumentar la clientela además
Podrían aceptarse donaciones a la exposición,
O selecciones y concursos,
Si hubiese interesados.
Y así el ladrón de turno traería a otros clientes
Y hasta podría resultar un negocio rentable

Incluiríamos la sección
El ladrón arrepentido
Donde distintos objetos buscasen volver a sus dueños
Que obviamente serían también clientes…
O un libro de búsqueda,
De pequeñas cosas que queremos recuperar,
Pues nos faltarían de alguna forma
Así como un rompecabezas queda inservible
Dicen
Luego de haberse perdido una de sus piezas.

En el baño tendríamos confort robado desde los malls
O servilletas sacadas de locales de comida rápida,
Incluiríamos especias robadas de supermercados,
Y hasta tendríamos salas especiales
O una lista de socios ilustres,
Incluyendo políticos, religiosos…
O hasta uno mismo
Para comenzar a hacerse fama.

Y es que en la idea de este pequeño museo
De pequeñas cosas robadas
Y en los 15 minutos en que se pensó
Hubo también algo que le quise robar al destino
Hubo un nosotros en el sueño
En ese proyecto inacabado
Ese que me dijeron era bueno
Pero que nunca haría
Y casi me dieron ganas de hacerlo para que me creyeran
Pero no se puede desde uno hacer creer en un nosotros
Y eso también es una especie de robo
Y de pérdida

Así como se sueña una imagen de dos personas
Festejando el triunfo de aquel local
Comiendo luego de quedar a solas
Un gran pastel partido sólo en dos
Comiéndolo con ansias, saboreándolo
Porque sabemos que de alguna forma eso también
Nos será robado
Y entonces despertar

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