domingo, 18 de abril de 2010

El mundo es un lugar vacío, Mr. Motes.

Después de mucho buscarla consigo encontrar la película Sangre Sabia, de John Huston. La película es especial por muchas razones, pero principalmente porque está basada en una novela de Flannery O´Connor, una escritora norteamericana. Y esto la hace especial.
Hasta hace unos años si bien la había oído nombrar no me era particularmente especial esta escritora. Sabía que se contaba entre los escritores del sur en los Estados Unidos donde estaban otros de mis preferidos (la Mc Cullers, el primer Capote, por ejemplo), pero no la diferenciaba particularmente.
Tuve la suerte entonces de encontrarme con sus relatos completos en una edición relativamente barata que salió el 2006 o 2007, -creo-, y entonces su escritura me impactó. O mejor aún: me desequilibró.
Bueno no soy muy equilibrado que digamos, por lo que no parecería ser un gran mérito, pero el tipo de escritura de Flannery no puede sino producir desequilibrio... no sé si pudiera buscarle un símil fácilmente para poder explicarlo. No en la fuerza de lo que está diciendo, al menos, o en la manera en que construye los significados, las contradicciones y los vacíos y sobre todo, en el tipo de agresividad que posee su escritura.
Y es que la escritura de Flannery parece ponernos en duda, cuestionarnos, no nos deja tranquilos mientras leemos, así como si nos molestara enterrándonos un dedo mientras avanzamos y buscamos continuar con la lectura. Puede que no nos golpee ni haga un daño real, pero busca desestabilizar de una manera constante, hasta provocar una reacción. O al menos, un cuestionamiento.
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Se cuenta entre las anécdotas de esta escritora, por ejemplo, que en una ocasión una lectora le reclamó sobre el pesimismo y la oscuridad de sus historias, diciéndole que lo que necesitaba verdaderamente un lector, era leer algo que elevara su corazón. Flannery entonces le contestó: "si su corazón hubiese estado en el lugar adecuado, quizá se habría elevado".
Y es que es natural encontrar oscuros los relatos de la O´Connor, pues sus personajes suelen elegir la oscuridad, el mal... negar la gracia como ella misma dice:
"Escribo para un auditorio que no sabe lo que es la gracia y
que no la reconoce cuando la ve. Todos mis relatos tratan sobre la gracia en un
personaje que no la desea, por eso la mayoría de la gente piensa que las
historias son duras, sin esperanza, brutales"
Pero lo que realmente hace Flannery con sus personajes es dotarlos de fuerza, dotarlos de una energía que desestabilice el mundo en que les toco vivir. Una fuerza que los lleve a rasgar el velo que cubre los ojos de aquellos que aceptan este mundo sin más. Y que viven en él, y que sólo colapsan a partir de la enfermedad, o la muerte.
Los personajes de Flannery en cambio, eligen el mal. La enfermedad no es una elección, pero el mal sí. Y este mal se hace necesario, de distintas formas, para poner en cuestionamiento al mundo, para desequilibrarlo, para que la salvación surja desde alguna de las grietas que este mal abre. Tal como sucede con el protagonista de Sangre Sabia, al elegir cegarse con cal viva, caminar sobre piedras o amarrarse alambres en su torso.
No es el dolor por sí mismo, no es el mal en sí, sino lo que éste punza en los otros, lo que es capaz ese dolor en el mundo, como si todo aquello que fuerzan los personajes fuesen preguntas que se gritan en sus textos, y que se gritan tan fuerte, que no hay espacio siquiera para ver si hubo algún tipo de respuesta. O si todo, en cambio, permaneció en silencio.
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La película de Huston, en este sentido, sabe recoger lo que plantea el texto. Quizá tiene un ambiente algo distinto al del libro, o algunos personajes quizá nos pudieron parecer distintos en la lectura, pero la fuerza, el cuestionamiento, la búsqueda constante, la pérdida y los vacíos a los que se enfrenta cada uno, no dan espacio a que podamos hablar de una mala interpretación.
Y es que Huston desde un comienzo se sintió incomodado por los relatos de Flannery. Y esa incomodidad supo expresarla en el film, a la vez que sabe, sin duda, que es una incomodidad que se produce por el cuestionamiento de algo importante, esencial para todos nosotros.
El mismo Huston cuenta en un libro de memorias algunas particularidades sobre este film y lo que le produjo filmarlo. Cuenta por ejemplo que el equipo de rodaje para la película fue mínimo (menos de la mitad del mínimo que había utilizado para cualquier otra película)... que el dinero utilizado fue menor del presupuestado y que la película se firmó en el periodo de tiempo más corto que ninguna otra de sus producciones...
"...como si todos quisiesen terminarla antes. Si
hasta algunos miembros del equipo que cobraban por día hicieron todo antes de
tiempo optando incluso por ganar menos de dinero... y optaron además por no
asistir al estreno ni ver la obra terminada",
nos cuenta.
Y es que esta Iglesia de la verdad sin Cristo que quería instaurar Hazel Motes, el protagonista del relato, tiene un mensaje que no puede escucharse contemplativamente. Invita a huir o a reaccionar. Desequilibra, en definitiva, como habíamos señalado antes.
Porque la Iglesia sin Jesús, como nos dice Hazel, no tiene un Cristo, pero necesita uno. Un hombre de verdad, que hable claro... sin sangre que derramar...
Y es que la iglesia, al fin y al cabo, que pretende fundar Motes, es un llamado, un grito a los demás que hace este personaje implorando por su propia salvación, pero es un grito que se le hace a un mundo vacío, tal como se lo recuerda un personaje hacia el final del relato, tratando de equilibrar a este personaje:

"El mundo es un lugar vacío, Mister Motes"

Pero el personaje parece seguir gritando hasta el final del film. Más allá que termine eligiendo la ceguera, o el silencio. Y ese grito está también presente en todos los relatos de Flannery, y su eco queda resonando en este mundo que quizá sí necesita rasgarse, después de todo. Que necesita, sin duda, del desequilibrio, para que la vida que en él se desarrolla retome una dirección correcta, con más sentido.
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Huston lo intuyó, así como muchos otros que dieron con la escritura de Flannery en sus manos, por eso quizá dijo respecto a este film:
"Puede parecerles extraño, pero nada me haría más feliz, que
esta película consiga aceptación popular, que muchos se interesen por ella...
Siento que eso demostraría algo...no sé bien qué, pero demostraría
algo..."
Y es que la película puede hacer eco al interior de todo quien la ve... demostrar que a veces sabemos cosas que no hemos aprendido. Decirnos que esas cosas que sabemos están ahí por algo, fluyendo siempre en nosotros. Demostrando que estamos vivos. Y que algo nos une.
Como una sangre sabia.

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