viernes, 23 de abril de 2010

Recuerdo a lo Jarmusch. Escena 2.

Ayer me acordé de algo que comencé a contar como si fuese un guión –más menos-, el punto es que me vino una película entera a la cabeza, incluso con una serie de detalles que no alcanzo a escribir, y como la sigo viendo acá adentro, mejor la escribo. Disculpen si suena inconexa pues no tengo tiempo para revisar lo avanzado, y la escribo directamente:
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Escena 2.
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La imagen se abre con la toma de una pequeña cocina, contigua a las salas anteriores. La cámara está siempre atrás y en diagonal a uno de los camareros. En la cocina se aprecia que otro de ellos está lavando unos vasos (debe ocurrir de mala forma y el lugar verse un tanto desaseado). El camarero a quien sigue la cámara debe salir con dos cervezas y dos vasos que tomará cuando pase junto a la repisa de madera donde se ubican. La cocina debe estar más iluminada (luz externa – ventana – cortinas pequeñas y gastadas) que la sala, aunque el sector donde se dirige el camarero dejara entrar algo de luz por una ventana que se encuentra cerca de la mesa donde están las 3 mujeres. Una vez que el camarero deja la botella y los dos vasos la toma debe ser lejana, captando el sector donde se encuentran las tres mujeres y el cuerpo cortado de uno de B mientras habla con L, en la escena anterior.
En la mesa central de esta escena hay 3 mujeres. Aparentemente se han sentado hace poco aunque ya llevan un rato conversando. Al llegar el camarero ellas están en silencio esperando que se aleje para continuar. F es una mujer de unos 35 años, de tez pálida y pelo negro, con un corte un poco irregular y algo del pelo tomado. Atractiva y ojos un tanto claros, cafés idealmente, aunque todo sigue siendo en blanco y negro. Idealmente debe tener algunas pecas, y mostrarse algo más alegre que las otras. I es un poco más baja y un poco más gordita, sin dejar de tener cierto atractivo, está vestida de forma descuidada, pude que con un buzo o polerón que le queda algo ancho. El polerón debe estar abierto y verse una polera algo más bonita, clara. Su edad no debe ser muy determinada, aunque debe verse menor (y con menos soltura) que F. I además es ciega o tiene cierto problema a la vista. No usa lentes oscuros y tiene los ojos fijos. Grandes. T, la otra mujer en la mesa, es más grande, tosca, su ropa debe tener cierto vínculo con L, posiblemente un traje dos piezas, del que sujete la chaqueta sobre sus piernas y las mangas de su blusa un poco dobladas. Es más seria y su cara expresa más fuerza. Será prácticamente la única que beba y lo hará rudamente, cuando se indique.
Como ya me alargo mucho no indicaré las ropas del camarero, sólo que tienen una especie de delantal amarrado, como si se lo hubiese olvidado sacárselo luego de estar lavando en la cocina (el delantal tendrá algo escrito, o unos números, pero aún no veo bien qué es). En la cocina sería bueno que la llave desde donde cae el agua al lavaplatos este en alto, para que se vea caer el agua y exista ese sonido durante el inicio de la escena.
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I: ¿Y estás segura que no te estaba siguiendo?
(T abre una de las botellas y se da cuenta que falta un vaso, así que toma uno de golpe y vuelve a llenarlo y dejarlo en frente de una de las otras mujeres, también sirve el otro, por supuesto)
F: No creo. O sea no hubiese sido lógico. Si fui yo misma quien hizo parar los autos y además nunca intentó acercarse ni me preguntó nada especial… O sea lo de siempre, comentarios de algo, no me acuerdo, tampoco es que fuera callado, pero era una conversación normal, como siempre cuando toca un taxista simpático, de esos que llevan un perro que se le va moviendo el cuello… (Hace una pausa para encender un cigarrillo, aunque sólo alcanza a sacarlo…)
T: Sólo hay dos vasos. (Lo dice sin expresión, y sin que esto parezca ligado a alguna acción determinada)
F: (I también la “mira”) ¿Qué?
T: Que solo dejó dos vasos.
I: ¿Para la cerveza?
T: Sí
(F se voltea y le hace un gesto al camarero, pero éste se encuentra hablando con L, es la escena cuando L se para y pide más cerveza, sólo que esta vez se observa desde la posición de las mujeres)
F: Tómate el mío mientras, ya pediremos otro… (Acerca su vaso a T, pero ésta se pone de pie para ir a buscar uno al lugar donde se encuentran los vasos. Al pasar junto a la mesa de B y L se observa que B tiene algo raro en su pierna, no sé si un yeso o algo, pero debe vérsele un poco más tiesa, hacia el lado, fuera de la mesa. Al recoger los vasos la cámara se queda con uno de los camareros ciegos quien intenta encender una radio vieja, comienza a sonar una canción*)
F: (Mientras T está sentada nuevamente y se sirve un vaso de cerveza cuidando que sea hasta el borde…) El caso es que la segunda vez me pareció extraño, pero dudé un poco, además no me había fijado mucho en la cara del tipo, sólo que estaba algo mal afeitado y tenía una camisa gruesa…
I: ¿Cómo gruesa?
F: Gruesa po, o sea, no como esas camisas delgadas… (T toma totalmente su vaso de cerveza)
T: Gruesas po. Una camisa gruesa.
F: Sí. Gruesa… Bueno, da lo mismo, yo me fijé en eso, pero podía haberme fijado en el bigote, en un aro…
T: ¿Tenía bigote?
F: No. Era un decir no más (Enciende el cigarrillo. I toma un poco de su cerveza)
T: ¿Y usaba aro?
(F mira a T, pero no le contesta, tira el humo hacia un costado. Recordar que en esta mesa tampoco debe haber cenicero)
F: Bueno. El primer taxi lo tomé la oficina en Salvador, pues debía recoger una carpeta que al final no estaba. Así que llamé a la oficina y me dijeron que me juntara con X directamente, afuera de una iglesia. (Se ve que I hace figuras con los dedos o con algo fino que tiene en la mano sobre la superficie de la mesa. Cuando F habla de la iglesia se ve que dibuja una cruz. F se percata de esto y hace una leve pausa) Bueno así que tomé otro taxi. Estoy segura que no era el mismo auto, porque era más nuevo y tenía más espacio para las piernas…
I: ¿Cómo?
F: Mas espacio po, o sea que entre tú y los asientos de adelante hay más espacio…
T: (Sirviéndose otro vaso) Más espacio po, (le toma las manos a I, y las junta un poco y las separa) Menos espacio, y más espacio…
(F mira a T con un poco de preocupación. I retira sus manos y un queda un poco perturbada acomodándose en la silla)
I: ¿Y? Cuenta…
F: (Mirando a T, un poco preocupada por su conducta, pero despreocupándose a medida que habla) Eso. Que tomé un taxi distinto y el chofer era el mismo tipo. No me di cuenta al tiro, porque además no me había fijado mucho en el tipo primero, pero cuando me bajé estaba seguro. Igual el chofer no me dijo nada especial y no me reconoció. Pensé. El caso es que llegué hasta el lugar donde debía juntarme y me bajé. Pero tampoco conseguí la carpeta. (Hace pausa como para que le pregunten)
I: ¿Te dejó plantada X?
F: Peor. Dios me dejó plantada. (Toma un poco de su cerveza) O sea, no había ni iglesia, estaba en la esquina que me dijeron, me tenía que juntar frente a un iglesia que no existía. Así que es como si Dios me hubiese dejado plantada.
(Las mujeres miran en otra dirección pues se escuchan unas voces y se ve pasar a un tipo extraño con dos camareros, como si hubiesen pasado forcejeando con él. También se ve la mesa de B y L, con más botellas encima.)
I: ¿Y cómo sabes que el tipo era el mismo?
F: No sé, me di cuenta al final, esa vez lo miré bien, pero no me atreví a decirle o a preguntarle si era el mismo. Además lo más raro fue cuando lo tomé por tercera vez.
T: ¿Tomaste de nuevo el mismo auto?
F: No, pero iba de nuevo el mismo tipo. El auto era completamente distinto así que cuando me fijé me asusté por completo y pedí que me dejara en la otra esquina. O sea, me subo, le digo que iba a mi oficina, pero entonces me doy cuenta que es él y le pido que me deje en la otra esquina, que me olvidé de subir más dinero…
(T abre la segunda botella y se sirve nuevamente. También le sirve a I, no sin antes tomarse también su cerveza, antes de llenarle nuevamente el vaso)
(Cesa la música de golpe y se ven los cuerpos de los dos camareros con el hombre de antes, muy a la distancia, discutir cerca de donde estaba la radio. El hombre extraño tiene una guitarra en la mano)
T: (Mirando a F, como dándole explicaciones por tomarse la cerveza de I) Se pone mala después de un rato…
F: Bueno, en qué iba…
I: (hace un gesto de no recordar bien) ¿En el… tercer tipo?
T: En que no teníay plata y te ibas a bajar…
F: Ah, no, si tenía plata, pero le dije eso pa bajarme no más. (Prende otro cigarro, o aspira del anterior…) Igual no sirvió de nada porque el tipo me dijo que me llevaba igual, que era cerca además… Entonces le pregunté si él me había llevado antes…
I: ¿Cómo?
T: (Un poco mareada y levemente agresiva) Que si él la llevo antes po…
F: (Le hace un gesto a T para que se calme, luego sigue) Eso, le pregunté si era él el de antes, pero él no entendía… Me dijo que no, que había andado en ese mismo auto toda la mañana y que había llevado a un tipo o a una abuela, no recuerdo, pero por supuesto que no a mí… Yo quise explicar un poco, pero no insistí… (F se saca un pañuelo y lo abre, en él hay un chicle blanco, pegado)
T: ¿Qué es eso?
I: (Intentan estirar la mano, F le acerca e I toca el chicle, pero retrocede la mano rápido. Hace un ruido como de asco)
F: Es un chicle. (F saca ahora un nuevo chicle, envuelto de su cartera, donde vuelve a verse el hilo amarrado, deja su cigarro a un lado, directamente sobre la mesa, y se echa el otro chicle, rosado, lo mastica un poco y lo deja a un lado del otro) Miren, ¿qué ven…?
I: ¿Qué pasó?
F: (Recordando que I es ciega) ...pues que acabo de mascar otro chicle y lo puse a un lado… Fíjate T… y tú… son dos chicles iguales, el mismo tamaño, la misma textura (toma la mano de I e intenta que toque los chicles), salvo que porque ese lleva más tiempo está un poco más seco… salvo que el que comí ahora es rosa…
T: Mmm… ¿y?
I: No entiendo…
F: Cuando me subí la tercera vez pegué un chicle en el asiento en el que iba el conductor. No sé por qué, me puse nerviosa cuando hablaba, no sé… el caso es que lo pegué ahí, justo atrás de su asiento, aunque en la parte baja para que no se diera cuenta… Entonces, cuando me volvía a subir a un taxi de vuelta de la oficina esa tarde…
I: Espera, no vas a decir que hubo una cuarta vez…
F: De hecho fueron cinco, pero la cinca no me subí y salí corriendo. Pero bueno. Ya de vuelta de la oficina, hago parar un taxi. Habíamos salido un poco más tarde y no tenía ganas de tomar metro. El punto es que ahí estaba de nuevo el tipo. Era otro auto, otra ropa esta vez, pero el mismo tipo. (Reforzando lo dicho, por si no le creyeran) Estoy segura. Entonces acomodé los papeles que llevaba y recordé lo del chicle. El tipo por supuesto hablaba como si nunca me hubiese visto y el interior del auto era otro…
T: ¿Menos espacio para las piernas…?
F: No sé, no me acuerdo, pero me fijé en el asiento de él. En el respaldo. Y lo busqué… Ahí estaba el chicle. Este (les acerca el pañuelo). Sólo que ahora el chicle era blanco, (toma el pañuelo y les acerca los dos chicles… si se puede hacer en la película blanco y negro que uno de los chicles se vea levemente rosa, mucho mejor. Acerca el pañuelo para olerlo) De menta. Y yo como siempre de sandía…
T: ¿Sandía?
F: Sí…
(Entonces, junto cuando T comienza a servir otro vaso, comienza un ruido ensordecedor, una gran lluvia y granizo golpeando contra el techo del lugar, -que puede ser de zinc para resaltar el sonido- La cámara enfoca el techo y luego una toma general al lugar, incluidos los camareros y el tipo extraño que describiré en la otra escena… Se escuchan truenos y sigue el granizo que golpea también las pocas ventanas del lugar… Mientras se va la imagen a negro, debe escucharse un vidrio quebrándose, aunque a bajo volumen, que se va junto con la imagen. La última imagen que se vea en esta escena deben ser trozos de vidrio y de hielo en el suelo del lugar.)

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