miércoles, 31 de enero de 2024

Una máscara plástica de tigre.


Ocurrió cerca del zoológico que estaba en el cerro.

Yo estaba por ahí, haciendo cosas que no importan, aunque mayormente observando.

Fue entonces que vi a una niña que llevaba una máscara plástica de tigre.

Una máscara sencilla, rígida, que vendían por ese entonces en las afueras de aquel lugar.

La vi primero cerca de un grupo de personas, pero poco a poco la niña comenzó a alejarse de ellas.

Era extraño, pero recuerdo haber pensado que la niña, de cierta forma, deseaba perderse.

De hecho, mientras la observaba, noté que la niña miró varias veces en mi dirección. Y sentí que al hacerlo me volvió cómplice de aquella huida.

Porque claro… ocurrió que finalmente la niña con la máscara de tigre realmente se perdió.

Varias personas se alborotaron y empezaron a preguntar a los que estábamos ahí si habíamos visto una niña.

Era extraño, pero en la descripción que daban, nadie decía que llevaba una máscara plástica de tigre.

Por lo mismo, me vi obligado a preguntárselos, pues pensé que la pista podía terminar por ayudar.

-¿Llevaba puesta una máscara de tigre? -les pregunté.

Los que la buscaban -en especial una mujer que debía ser su madre-, guardaron silencio un rato y me observaron.

Luego dijeron que no, acompañando su negación con gestos que me hicieron pensar que tampoco, realmente, querían encontrarla.

Todos es parte de una curiosa representación, me dije.

Cuando me fui del lugar, poco después, habían llegado un par de carabineros y muchos estaban buscándola.

Sobre un banco, al irme, vi la máscara de tigre, abandonada.

Pensé en llevármela, es cierto, pero finalmente la dejé ahí.

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