domingo, 14 de enero de 2024

Otras formas de estar quieto.


I.

Dicen que un cuerpo en movimiento tiende a seguir en movimiento.

Para mí, sin embargo, se trata simplemente de otra forma de estar quieto.

O flotando si se quiere, en el mejor de los casos.

Tras comentarlo en un grupo, me pidieron que desarrollara mi impresión en doscientas palabras.

Entonces yo los observé y les pregunté si podía repetir palabras dentro de mi explicación.

Como ellos no entendían decidí hacer más explícita mi consulta: ¿deben ser doscientas palabras distintas o pueden repetirse?

Tras conversarlo entre ellos me contestaron que podían repetirse.

Ni ellos ni yo sabíamos si estábamos hablando seriamente.


II.

El problema de la fuerza, escuché decir a alguien, poco después.

El gran secreto es el funcionamiento de la fuerza.

Las fuerzas, lo corrigió otro.

Se quedaron un rato en silencio.

¿Saben que dentro de cada uno hay un clima igual que allá afuera, en el mundo?, dijo entonces alguien más.

Yo lo sabía, por cierto, pero preferí guardar silencio.


III.

Mi explicación fue exactamente de doscientas palabras.

Esa fue su extensión, digamos.

Doscientas veces la misma palabra, eso sí, pero viene a ser lo mismo, a fin de cuentas.

Tal vez por eso, me miraron con desagrado cuando terminé.

No vale la pena acariciar a un perro muerto, dijo alguien, con desprecio.

Los otros asintieron.

Cada uno siguió su marcha.

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