lunes, 15 de enero de 2024

Sin lijar.


Ella me contó que tuvo un novio que tenía una parte del cuerpo sin lijar.

Como sin haberla terminado, me dijo.

Un trozo de piel áspero que no alcanzaron a pulir.

Yo pregunté si estaba bromeando, pero ella aseguró que no.

Y especificó luego que, bajo uno de sus brazos y hasta la zona de la cintura, ese ex novio tenía una zona áspera.

Todavía sin lijar, fue lo que dijo, exactamente.

Me lo contó mientras terminábamos de ver una película.

Una película polaca, bastante lenta, hecha para la tv en la década de los noventa.

Supongo que se acordó porque el protagonista pasaba sus dedos por una esquina sin lijar que tenía una mesa de madera que estaba en su cuarto.

El cuarto del protagonista era bastante pequeño, por lo demás.

Apenas tenía esa mesa, una silla y un colchón pequeño tirado en un rincón.

¿Sabes qué simboliza que el mueble tenga esquinas sin lijar?, dijo ella entonces.

Yo no sabía, así que me quedé en silencio.

Ella tampoco respondió nada.

Pensé que lo ibas a responder tú misma, le dije luego de un rato.

Ella me miró con desconcierto.

No suelo hacer eso, me dijo, algo molesta.

Yo asentí.

¿Sabes qué ocurrió finalmente con mi ex novio?, preguntó ella entonces.

No sé qué le ocurrió, le contesté. Pero sé qué simboliza.

Ella me miró extrañada, probablemente esperando que dijese algo más.

¿Y…?, me dijo luego de un rato.

Nada, contesté.

Luego nos sumergimos en un silencio áspero.

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