lunes, 1 de mayo de 2023

El hombre nace como cosa.


I.

El hombre nace como cosa, me dijo.

Si no lo golpean en el culo, de pequeño, el hombre nace cosa.

Ni siquiera lloraría, el hombre.

Apenas sabría moverse.

No sabría que hace ruido.

No sabría más, digamos, de lo que saben las cosas.

Esa es mi teoría.


II.

El hombre parecía hablar en serio.

Yo lo escuchaba hablar.

Y claro, como yo no tenía teoría alguna, sobre el hombre, no contesté nada.

Él debe haber interpretado mi silencio, como una aceptación.

Así que siguió hablando.


III.

De todas formas, antes de morir, el hombre parece recordar que nació cosa.

O sus acciones al menos revelan eso, dijo el hombre.

Vuelve a la inmovilidad, me refiero.

Vuelve al silencio.

Y como una cosa dentro de otra cosa es enterrado.

Ni siquiera como cosa, si lo piensas.

Sino como parte ahora, de otra cosa.


IV.

Como el pareció llegar al final de su discurso, pensé que era mi turno para debatir, o al menos, preguntar alguna cosa.

No quería hacerlo, pero por cortesía, al menos, sentí que debía preguntar algo.

Comencé a dudar entonces si preguntar por los huesos o por el alma.

Finalmente tomé un cuchillo que llevaba en mi bolsillo y le hice un pequeño corte en la piel.

Rápidamente y sin agresividad alguna, para que no reaccionara.

El hombre entonces observó el corte, al tiempo que comenzaba a aparecer un pequeño hilito de sangre.

Luego me observó a mí.

Eso no quiere decir nada, dijo.

Y se marchó.

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