viernes, 19 de mayo de 2023

Formas de perder una cámara fotográfica.


Perdí una cámara fotográfica en la catedral de Praga.

También una en Lisboa, en un aeropuerto, al abandonar la ciudad.

No fue la misma cámara, por supuesto, no hay aquí metáforas ocultas.

Perdí dos cámaras simplemente, en aquel viaje, y compré una más.


También perdí las fotos, por cierto, que estaban en aquellas cámaras.

A veces pienso, cuando recuerdo, que la pérdida no fue accidental.

De hecho, la cámara nueva, permaneció intacta hasta que la cambié por unos libros.

No es que duelan las imágenes. No es eso.

Ocurre simplemente que no contesto llamadas.

No veo imágenes pasadas.

Y así se pasa el tiempo.

Tampoco es una forma de olvidar ni un credo que haya establecido.

Nunca he establecido, por cierto, ningún credo.


La cámara que perdí en Praga la dejé junto a un vitral.

Fue en un momento en que ella salió y yo me quedé a solas.

Entonces dejé la cámara a un lado y cerré los ojos, junto al vitral.

Nunca eché de menos aquella cámara.


La que perdí en Lisboa, sin embargo, me dolió un poco.

Tal vez había vuelto a tener esperanzas y perderla las volvió a arrancar.

Preguntamos por ella en varios sitios, pero no hubo resultados.

Ella -me pareció-, se esforzó un poco más que yo, en volverla a encontrar.

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