sábado, 6 de mayo de 2023

Miel durante casi dos meses.


F. se alimentó únicamente de miel durante casi dos meses.

Lo hizo voluntariamente, como parte de un experimento.

Era miel antigua, además, que había sido conservada durante varias décadas en frascos de vidrio, a temperatura ambiente.

El otro día entendí de qué trataba el experimento, pero lo cierto es que me da flojera contarlo y no siento que sea algo importante o trascendente.

Según me he informado, F. se aisló en una cabaña durante ese tiempo.

En una región prácticamente deshabitada, perteneciente a la Patagonia argentina.

Se comunicaba a distancia eso sí, con otras personas, ya que contaba con internet y con algunos recursos tecnológicos que le permitían establecer sin problemas dicho contacto.

Un amigo que habló con F. durante ese tiempo me dice que no notó nada extraño.

De hecho, dice que hablaron mayormente de unos libros que F. estaba leyendo mientras estaba en la cabaña.

Unas novelas policiales no muy pesadas y varios libros de poesía.

A mi amigo, en este sentido, le sorprendió que F. hubiese estado leyendo a Anne Carson.

Le sorprendió más, incluso, del hecho central de aquella experiencia.

Es decir, que F. se estuviese alimentando exclusivamente de miel durante todo aquel tiempo.

Según entiendo, nada malo le ocurrió finalmente a F.

Aunque tampoco puedo asegurar que le ocurriese algo notoriamente bueno.

Me gustaría terminar diciendo algo respecto al sabor de la miel o sobre un poema que me gusta, de Anne Carson.

Pero de eso, ciertamente, no trata este texto.

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