martes, 9 de mayo de 2023

En medio de un lago, Kafka se ahoga.


I.

Estoy seguro que, en medio de un lago, Kafka se ahoga.

Flota un rato, por inercia, pero luego se va derechito al fondo.

Estoy seguro que no se sacará el traje para evitar hundirse.

Seguro que no aligerará el peso, me refiero.

Y también estoy seguro que mientras lo hace, pensará mayormente en nada.

Sí, en nada… pues casi todo lo ha dicho.

A diferencia de la mayoría de nosotros.


II.

No sé si sería triste ver ahogarse a Kafka.

Ni siquiera sé si me produciría una emoción perdurable o trascendente.

Sería como ver sumergirse a alguien que ya, previamente, se había sumergido.

Un doble ahogado, digamos.

Un doble muerto.

Un cuerpo que no lucha.

Probablemente, en vez de burbujas, saldrían a la superficie palabras en alemán.

No grandes palabras.

Deícticos, probablemente.

Onomatopeyas nunca dichas, hasta entonces.

Y el lago parecería entonces una oscura sopa de letras.

Servida para nadie.


III.

Una vez, por cierto, vi a dos personas analfabetas tomar una sopa de letras.

Su expresión, sin duda, es similar a la que uno podría poner viendo ahogarse a Kafka.

Pudiendo ir por él, tal vez, pero observándolo como a un signo que no reconocemos.

Una masa carente de sabor especial y significado.

Podría fácilmente darle la espalda, incluso, y observar mejor el exterior del lago.

Otras profundidades, digamos, sobre las que flota el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales