martes, 3 de enero de 2023

La lección cero.


Tú no entiendes.

Ni siquiera lo intentas.

No te esfuerzas en hacerlo.

No sales de ti, para entender.

Y por eso no entiendes, finalmente.

No mires a otro lado.

Podrías escucharme, al menos, ahora que lo digo.

Después de todo, tú sabes que apenas me molesto.

Y si me molesto, en ocasiones, es por esto.

Porque no sales de ti, en definitiva.

Porque crees estar muy cómoda, ahí dentro.

Porque sin entender es más fácil, a fin de cuentas.



Por supuesto, esto es algo que no aceptas.

Y puedes buscar o inventar razones para afirmar tu posición.

Con todo, todavía es tiempo de que puedas aprender.

Podrías hacerlo fácilmente, por ejemplo, saliendo de ti misma.

O incluso, si prefieres, alguien bien dispuesto podría enseñártelo.

Un maestro sencillo y dedicado, que sin duda no soy yo.

Si lo dejaras, por supuesto.

Un maestro así, podría decírtelo como lecciones sencillas.

Podría incluso enumerar las lecciones y establecer contigo un plan de trabajo.

Tal vez deberías intentarlo.

Dejar de tener miedo de agrietarte, e intentarlo.

Tal vez pudieras probar con una especie de apresto inicial.

Una lección cero. De prueba.

Una lección titulada, por ejemplo: En la garganta nada se recoge.

Le doy ese nombre por nombrar una verdad, simplemente.

Pero lo cierto es que podría ser cualquier otra.

De todas formas, aprovecha el tiempo y acepta esa verdad.

Nada se recoge en la garganta.

Nada se guarda.

Todo se deja pasar.

Sal de ti para aceptarlo y ya verás qué sigue.

Deja que esa sea, la lección cero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales