lunes, 9 de enero de 2023

Cambiaba números por otros.


Cambiaba números por otros.

Donde podía los cambiaba.

Una vez, por ejemplo, en un condominio, lo vi intercambiar los números que indicaban la dirección de dos casas.

También lo hacía si encontraba números en archivos digitales.

Precios en los productos de un supermercado.

O hasta simples números telefónicos o cifras al azar que encontraba en algún papel en algún sitio.

Al principio daba risa y pensabas que bromeada, pero con el tiempo comenzamos a preocuparnos.

Debe haber sido a causa de un tipo de trastorno obsesivo, concluimos.

Ninguna de nosotros era especialista, pero al menos coincidíamos en que debía tener algún tipo de enfermedad.

Y es que, objetivamente, era algo que no le traía beneficios.

Una vez, incluso, terminaron golpeándolo por cambiar el número telefónico en un aviso de búsqueda de un niño perdido.

Esa vez, por cierto, lo visitamos en su casa, preocupados ante la gravedad de sus lesiones.

Le habían quebrado dos costillas y tenía algunos cortes en el rostro, que además tenía varios hematomas y sectores inflamados.

Por último, esa vez, terminaron denunciándolo a la policía pensando que tenía algo que ver con esa desaparición.

Si el niño no hubiese aparecido prontamente -al parecer se estaba quedando en casa de un amigo son dar aviso en casa-, probablemente no se habría librado tan fácil.

-¿Comprendes ahora la gravedad de tu problema? -le dijimos esa vez, cuando lo visitamos.

Él pareció molesto, a pesar de la situación.

-¿Y comprenden ustedes la gravedad de los suyos? -nos preguntó de vuelta.

Yo iba a contestar, pero los otros me dijeron que no era necesario.

Supongo, en todo caso, que no hubiese estado del todo mal, desarrollar esa conversación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales