sábado, 31 de diciembre de 2022

Otro corazón, pero con fiebre.


Dadme otro corazón, pero con fiebre.

No un trozo de carne tibia.

No un músculo insensato incapaz de decir un nombre.

Dadme otro corazón, pero con fiebre.



Dadme un ojo nuevo, lleno de rabia.

No un ojo de vidrio acostumbrado a las desapariciones.

Con gusto arrancaré uno de los míos si es necesario el cambio.

Dadme un ojo nuevo, lleno de rabia.



No me des rebaños nuevos.

No quiero hijos ni animales de reemplazo.

No necesito amor, para despertar la carne.

Quiero un dolor que no sesté ahí, para conformarse con la queja.



No pido un nuevo principio ni tampoco un fin.

Eso se los dejo a los coleccionistas de retazos.

Ayúdame en cambio a ser consciente del ahora. De la sangre en el ahora.

Estar consciente antes de la cicatriz: previo a la sangre coagulada.



La sabiduría de saber qué hacer ante el sonido del grito.

Esa sí que es sabiduría.

No desesperación como dicen algunos. No angustia.

No es un grito que se levanta ante la presencia de otro grito.



Ordeno entonces:


Dadme otro corazón, pero con fiebre.

Dadme un ojo nuevo, lleno de rabia.

No me des rebaños nuevos.

No pido un nuevo principio ni tampoco un fin.


La sabiduría de saber qué hacer ante el sonido del grito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales