lunes, 3 de octubre de 2022

Trabajo en casa.


I.

Pusiste cerámica en una parte de tu patio.

Pero fuiste retrocediendo de tal modo, al ponerla, que terminaste atrapado junto a una muralla, y ahora no puedes salir.

No sin arruinar el trabajo, al menos.

Y es que debes dejar pasar un tiempo para no tener que pisar el piso cerámico recién puesto.

No sabes, por cierto, cuanto tiempo.

Podrías buscar información, pero justo ahora es imposible.

Dejaste el celular al otro lado, pero está bien.

Es temprano, de todas formas.

No tienes hambre.

No hace calor ni hace frío.

Tampoco tienes sed, ni hambre.

Decides que puedes esperar un rato, mientras decides qué hacer.


II.

Quedaron bien puestas, al menos, las cerámicas.

Te has dedicado a observarlas y todo indica que están bien.

No se aprecian desniveles y las junturas son homogéneas.

Es sin duda un trabajo bien hecho.

Salvo el final, por supuesto, y la posición en que te encuentras, pero eso es algo provisorio.

Ahorraste dinero, al hacerlo tú mismo.

Prontamente comprarás una mesa y unas sillas para poner ahí, en el exterior.

Te acomodas un poco, mientras piensas esto.

Cambias de posición, me refiero, para que no comiencen los calambres.

Dos o tres cambios más de posición y volverás al movimiento, te has dicho.

Pisarás con cuidado y probablemente solo aplastes dos o tres cerámicas.

Si hay suerte no se dañarán demasiado.

Casi siempre tienes suerte, además.

Eres bueno evitando el daño, me refiero.

Mientras piensas esto, suena el celular que está al otro lado de las cerámicas.

No te inmutas, mayormente, y lo dejas sonar.

No es un mal sitio, decides, el lugar donde te encuentras.

El sol comenzará a ocultarse, calculas, en poco tiempo más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales