sábado, 8 de octubre de 2022

Hablar sobre algo.


Lo malo de este tipo de historias es que hay reescribirlas varias veces.

No digo corregirlas, sino narrarlas nuevamente para o alejarse de los hechos certeros.

Por ejemplo, en un inicio, la historia comenzaba con una decisión clara.

Una decisión firme y explícita de parte de ella que podía expresarse más o menos así:

Reunirse brevemente con él, para hablar sobre un asunto que debía ser tratado.

Obviamente, como decirlo de esa forma no solo resulta ambiguo sino además redundante, uno debía narrarlo con cuidado, incorporando datos del contexto poco a poco, a medida que yo mismo iba descubriéndolos, tratando siempre de entregar poco a poco la información.

Eso hice, por supuesto, en primera instancia.

Pensé incluso que iba bien encaminado cuando comenzaron a aparecer elementos que parecían inconexos.

Y hechos, por supuesto, que vinieron a derribar todo aquello que -con tibio, pero persistente esfuerzo-, estaba intentando construir.

Por lo mismo, juego de intentar escribir aquella historia tres o cuatro veces decidí esperar, simplemente, a que terminara.

Igual a un relator deportivo que, por seguridad, decidiera narrar un encuentro después que este se hubiese realizado.

Dicho esto, debo confesar, que la historia no me motivó a escribir más que una única sentencia:

Ella fue a encontrarse con él para hablar sobre algo que al final no hablaron.

De todas formas, supongo, ese “algo”, no debe haber tenido mayor importancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales