viernes, 7 de octubre de 2022

Consecuencias.


I.

Lo que se hace y lo que no se hace trae consecuencias.

Por lo mismo, pensar en las consecuencias no tiene mucho sentido.

Tal vez el tipo de consecuencia pueda ser, a primera vista, distinto.

Pero la naturaleza de la consecuencia es esencialmente la misma.

Hechos que se suceden tras otros hechos, simplemente.

Nunca ha habido mucho más.

No pueden evitarse, las consecuencias.


II.

Los hechos, sin embargo, arrastran sensaciones.

Se adhieren hasta el punto de parecer indistintos.

Y las sensaciones -he aquí la novedad-, no siempre tienen consecuencias.

Ni siquiera son percibidas, todo el tiempo.

Se desvanecen, se ocultan o se transforman incluso en fenómenos extraños.

Acciones equívocas, que no parecen relacionarse con el común comportamiento.

De ahí que algunos cuantifiquen erradamente su importancia.

Y la forma en que afectan nuestro comportamiento.

En definitiva, no es recomendable, pero pueden evitarse las sensaciones.

No así las consecuencias.


III.

Ordenemos las ideas.

Sin hechos no hay sensaciones.

Wingarden no estaría de acuerdo, es cierto, pero Wingarden ya murió.

Con todo, sin hechos, siguen existiendo consecuencias.

Consecuencias, claro está, que no son necesariamente, sensaciones.

Otros hechos, tal vez, despojados de conexiones afectivas.

Digo afectivas, por cierto, para evitar el término “sensoriales”.

Concluyamos:

Lo que se hace y no se hace trae consecuencias.

Ahora, decida usted.

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