jueves, 7 de julio de 2022

No todo es lo que parece.


No todo es lo que parece.

Eso se dice, por supuesto, pero en el fondo no se sabe.

Y es que, como ven, no todo es lo que parece.

Ejemplos hay muchos.

O pareciese, al menos, que hay muchos.

Tantos que no hay necesidad de enumerar aquí.

De hecho, aquí,
lo que se busca validar
casi siempre es otra cosa.

Algo tangencial, habitualmente.

Algo que no parece ser lo esencial, en un inicio.

Aunque claro, el enunciado central suele ser aplicable
a tantos fenómenos que uno se tienta.

Pero no todo es lo que parece.

Puede usted pensar eligiendo cosas.

Objetos, sensaciones, nombres, realidades.

Elija usted, con confianza.

Luego agregue el enunciado inicial de este texto:

No todo es lo que parece.

Y deje reposar unos segundos.

¿Lo hizo?

¿No lo hizo?

¿Le asusta hacerlo?

Si es así le recomiendo ir mezclando frases.

Luego de una seria, me refiero, piense usted en una más liviana.

Más ridícula, incluso.

Más absurda.

Si la ducha está llena de pelos, diga usted,
no es porque me dedique a bañar gatos.

Luego, le recomiendo una última vuelta a las palabras.

Una pultim mirada.

Observe el texto completo, idealmente.

No importa si ahora entiende algo distinto.

Recuerde que las cosas no son lo que parecen.

Y es que los trenes llegan puntualmente,
sin duda,
pero no sabemos dónde.

Está bien así.

¿No te parece?

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