lunes, 30 de agosto de 2021

Saltar hacia arriba.


M. era extraño. Por varias coas, pero aquí solo me remitiré a una: solo sabía saltar hacia arriba. No es que se pueda saltar hacia abajo, pero me refiero a que caía siempre en el mismo sitio. Yo no le creía, pero lo demostró haciendo marcas en el lugar donde iniciaba el salto y revisando luego el lugar donde caía. Siempre regresaba al sitio de origen. Al lugar exacto, destaco, sin alteración alguna. Obviamente, si saltaba desde un lugar alto caía en otro más bajo, pero si la superficie desde la que realizaba el salto era plana o estaba en un mismo nivel, M. no podía alejarse del lugar de origen y caía siempre en el mismo sitio. A veces se esforzaba por romper con esto. Tomaba carrera, por ejemplo, como los atletas en el salto largo, pero tras saltar -y aunque para nosotros su salto hubiese transmitido la apariencia de movimiento-, nos sorprendíamos al comprobar que el lugar en que llegó luego del salto, era el mismo lugar en que este se había originado.

Como era absurdo hicimos realiamos grabaciones e intentamos analizar qué era lo que le ocurría. Pero lo cierto es que no descubrimos nada y la situción siguió siendo absurda.

Por lo mismo, no logramos concluir nada que ayudara a explicarnos aquel fenómeno.

Así, al igual que M., supongo que saltamos y llegamos también, al mismo sitio.

Este.

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