viernes, 27 de agosto de 2021

Cuestión de perspectiva.


Todo es cuestión de perspectiva. O de distancia, incluso, más que de perspectiva. Por ejemplo, cuando observo mis plantas, a lo lejos, me es fácil pensar que se trata de bonsáis. Para algunos puede parecer algo inútil -o hasta absurdo-, pero lo cierto es que ellos (los que dicen esto) en realidad no saben. Desconocen la trascendencia de esta verdad, tanto en el ámbito que podríamos llamar “insustancial”, como en su naturaleza más práctica. De lo insustancial no busco convencerlos, por supuesto, pues por lo general poco importa. Pero cuando me remito a lo concreto al menos los hago dudar. Considerar, aunque sea por un momento, su carácter más útil, dentro del espacio cotidiano. Por ejemplo, les comento que en vez de comprarme una tv más grande he optado por acercarme un poco más, a la que tengo. Y de inmediato les demuestro, apoyándome en algunos artículos científicos, la validez y el poco peligro que encierra mi conducta. Es entonces cuando se abre ese pequeño espacio en sus creencias y lo que yo pueda decirles pasa a filtrarse en ellos, como por una grieta. Y sin que se den cuenta dejo caer alguna consideración vinculada a ese ámbito “insustancial”, que nombraba anteriormente y que ha pasado, sin que se den cuenta, a estar más cerca de ellos de lo que les gustaría admitir. Como ven, todo es cuestión de perspectiva. O de distancia, incluso, más que de perspectiva. ¿Tengo o no tengo razón?

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