domingo, 21 de marzo de 2021

Vivir bien.

“Al año Marusia comenzó a odiarlo.
Aunque la intachable conducta de Dima
le impedía expresar su odio.
De modo que vivían bien”
D. D.


Todos juntos.

Todos juntos en una casa.

Todos juntos en una casa, como debe ser.

Asumiendo ciertas reglas.

Normas básicas, digamos.

Pueden llamarle cortesía, si quieren.

Cosas fáciles de cumplir.

Un poco de voluntad y ya está hecho.

Eso concluyen todos.

Puede vivirse de esa forma, me refiero.

Sin problemas.

Sin grandes sorpresas.

Sin imprevistos desafortunados.

Dentro de casa, por supuesto.

De eso hablamos.

Fuera ya es otra cosa.

Ahí es mejor no hablar de reglas.

Ahí es mejor hacerse el loco.

No exigir.

No intentar siquiera hablar de convivencia.

No sé cómo lo harán ustedes.

Yo por mi parte, siempre voy como perdido.

No miro a los ojos fuera de casa.

No saben quién soy.

Tampoco se los digo, por supuesto.

Y es que no me interesa que lo sepan, fuera de casa.

Adentro, claro está… puedes mostrar un poco más.

Lo suficiente, al menos, para que no haya transgresión alguna.

Para que todo marche, más o menos, sin problemas.

Vivir bien, creo que le llaman.

Lo he oído decir varias veces, cuando sale el tema.

No sé bien a qué se refieren, pero supongo que es a todo esto.

Lo que ocurre dentro de los límites, digamos.

En los limites que establecemos para estar juntos.

En esos limites que son de cierta forma una casa.

Una casa en la que, según dicen, estamos todos juntos.

Todos juntos en una misma casa, me refiero.

Todos juntos en una casa, como debe ser.

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