I.
-¿Viene usted de lejos?
-¿Yo?
-Sí, usted. ¿Viene de lejos?
-Pues no sé…
-¿No sabe desde dónde viene?
-No, no es eso…
-¿Y entonces?
-No sabría decirlo.
-…
-Eso es todo.
II.
-Fui marcando árboles por el camino… No sé bien por
qué lo hice, pues no pensaba regresar…
-…
-Me refiero a que siempre se marcan para reconocer
el camino de vuelta, pero yo creo que en realidad quería asegurarme de ir
avanzando, ya sabes…
-¿Para no pensar que estás pasando por el mismo
árbol?
-Puede ser… Aunque creo que era más bien como una
señal…
-¿Una señal para otros?
-No. Una señal propia. Como ir tickeando una lista
de cosas por hacer… aunque con los árboles no exista necesariamente un final de
lista…
-No te entiendo una mierda.
-No importa. Ya está. Yo estoy en otra cosa.
III.
-Mira… esta foto es en el camino que está dentro del Pumalín… ¿te lo
conté que lo caminé en toda una noche?
-No.
-Eran como 40 kilómetros, iba con un amigo… pero sabes, lo que más
recuerdo era que no se podía salir del camino…
-…
-O sea, había una especie de selva muy espesa, era imposible meterse
ahí… Recuerdo que yo iba nervioso por eso, aunque no lo decía… La sensación de
no tener opción de salir del camino, me refiero, aunque no quería hacerlo,
tampoco…
-Puta que eres enredado, hueón…
-No sé, yo creo que no es eso…
-¿Y entonces?
-Entonces tal vez sea como el camino ese, o sea, solo puedo mandar mis
palabras por ese camino… pero eso desespera y a veces te cansas un poco.
-Sigo sin en tender una mierda, hueón.
-No importa, igual solo pasaba a saludar. Voy de paso.
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