martes, 7 de octubre de 2014

Llegar a algún sitio.


-Con el puro corazón no vas a llegar a ningún sitio –le dijo-. Ese es tu error. Ese y no tener nada valioso que no sea ese mismo corazón.

-Puedes decir lo que quieras –contestó, mirando hacia otro sitio-. Puedes hablar lo que te dé la gana, pero solo son palabras. Además, lo que dice se basa en apreciaciones que no sé si son erróneas.

-No son erróneas.

-Eso es lo que tú dices.

-Pues justamente por eso no son erróneas.

-Ese no es un argumento.

-Piensa en Portugal.

-¿Qué?

-Que pienses en Portugal… en la selección de fútbol de Portugal.

-¿Por qué?

-Porque quiero que te hagas una imagen… Y además quiero darte un argumento.

-…

-¿Te acuerdas cómo le fue a Portugal en la última Copa del mundo?

-Mal.

-Sí po… le fue mal.

-¿Y?

-Que tenían argumentos, y así y todo les fue mal.

-¿Cuál argumento?

-Ronaldo.

-…

-Ronaldo y diez más, si quieres.

-¿Qué pasa con ellos?

-Nada. Pero ten en cuenta que Ronaldo es así como tu corazón.

-Suena gay.

-Puede ser, pero yo me refiero a lograr un triunfo solo a partir de Ronaldo.

-¿Ahora sí es un argumento?

-Sí… por analogía. O sea, puede parecer bien, en principio, pero lo cierto es que Ronaldo no gana por sí solo.

-Pero…

-No. No se puede. Tú tampoco.

-Igual tu argumento es una mierda…

-Pues ese tuyo tampoco está en buenas condiciones.

-Mmm…

-Ya ves….

-…

-…

-Maradona.

-¿Qué?

-Maradona en el Nápoli.

-…

-…

-¿Maradona?

-Sí. En el Nápoli.

-Mmm...

-¿No estás de acuerdo?

-Puede ser... pero mira a qué precio.

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