jueves, 2 de mayo de 2024

¿Qué tienes que hacer para que te ataquen las ardillas?


Ocurrió en una ciudad pequeña, de Inglaterra.

Aproximadamente tres años atrás.

Un vagabundo, que solía dormir en las plazas -al menos en primavera-, comienza a reclamar diciendo que lo atacan las ardillas.

Por las noches, sobre todo, cuando ya no queda nadie en el lugar.

Muestra incluso marcas en la piel, para que le crean, cuando deja sus denuncias.

Según el relato, no tenía con ellas disputa alguna, simplemente ocurría que al dormirse lo empezaban a mordisquear.

Según el propio vagabundo, no hubiese sido tan grave, pero como tiene el sueño profundo ha terminado con heridas importantes.

Toman así su registro varias veces, dando por hecho que lo atacan ratas, y le recomiendan algunos dormitorios públicos.

-No son ratas -alega el vagabundo, mientras muestra el interior de una bolsa de género-. Estas son las que he logrado atrapar.

En el interior de la bolsa -que apestaba, por cierto-, había un gran número de ardillas muertas.

Como no hubo solución, ocurrió que el caso terminó llamando la atención de un canal de noticias local.

Incluso pusieron cámaras para documentar los ataques y comprobar que era cierto.

Lo era, por supuesto.

Días después, un periodista lleva al vagabundo hasta un pequeño estudio para grabar una entrevista.

Lo maquillan de manera tal que reluzcan aún más sus heridas.

Comienzan presentándolo, diciendo su nombre, edad y resumiendo el problema.

-Y entonces -le preguntan-, ¿qué es lo que haces para que te ataquen las ardillas?

El vagabundo mira extrañado al periodista, sin saber qué contestar.

-Ya sabes… -le repiten, en un tono seco-, ¿qué tienes que hacer para que te ataquen las ardillas?

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