lunes, 20 de mayo de 2024

No sé.


No sé.

Palabras para acá y luego para allá.

Lo cierto es que después de un rato te confundes.

Ojalá sepas de qué hablo.

No porque desee que te haya pasado, sino por el asunto ese de la comprensión.

Y es que es un asunto serio, después de todo.

Lo es serio siempre, sin duda… pero sobre todo cuando distingues dónde estás.

Y es que entonces se vuelve evidentemente serio.

En mi caso, por ejemplo, la confusión no se disipó hasta que fue tarde.

O casi, no sé, eso siempre se sabe después.

Eso suelen decir, al menos.

Me refiero a que puedes estar jugando de lo más bien hasta que de pronto lo descubres.

Sin quererlo, incluso, lo descubres:

Puede que yo sea el eco.

Y no porque me repita a mí mismo (aunque lo hago), sino porque viajo en mis palabras y doy botes por ahí como una pelota de goma.

Parece chistoso, es cierto, pero la pelota también se daña.

O se magulla, al menos.

Además, nunca hay solo una pelota dando vueltas, y es entonces cuando te confundes.

O sea, te aclaras y al mismo tiempo te confundes.

Te aclaras porque comprendes que vas ahí dando tumbos y todo eso y supongo que el resto ya se entiende.

O no sé.

Pero lo supongo, al menos.

Pensar que nos comprenden es siempre una suposición, a fin de cuentas.

Pero claro, puede que yo simplemente sea el eco.

No sé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales