sábado, 28 de octubre de 2023

No tal vez lo que siente.


I.

No tal vez lo que siente.

Pero sí lo que piensa un hombre en un campo de algodón.

Debes estar atento y oirás su pensamiento.

Sabrás que es suyo pues será un pensamiento más blanco que el tuyo.

Tendrá otro olor… otra textura, incluso.

Y la comprensión estará entonces al alcance de tu mano.

Al alcance de tu mano-decía-, o de tu voz.


II.

No tal vez lo que siente, es cierto.

Pero podrás, incluso, alcanzar los pensamientos de aquel que nada pronunció.

Obsérvalo simplemente.

Calcula la pendiente y el peso que carga.

Y hasta dile que no tiembla, si ves temblar su voluntad.

Háblale de verdad, entonces, no busques artificios.

Bebe junto a él un vaso con agua.

Y pregúntale solo lo que pueda responder.


III.

Llegarás entonces -si todo sale bien- a la última de las puertas.

Esa que da a un salón al que nadie, todavía, ha ingresado.

Así y todo, te parecerá escuchar, desde dentro, pequeñas voces.

No te asustes.

No entenderás lo que dicen, pero sabrás qué significa, si no aprietas el corazón.

Tal vez haya plantas que son movidas por el viento, en aquel sitio.

Tan vivas, finalmente, como tú o como yo.

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