lunes, 9 de octubre de 2023

Cerca suyo.


I.

Explotaron bombas, es cierto.

Cerca suyo explotaron bombas.

Su cuerpo se desintegró prácticamente, pero alguien dice que no murió de aquello.

Grabó un video diciéndolo y lo envío.

Sin sospechar las bombas que venían, lo envío.

No sé cómo, pero se acuchilló su propia espalda, se le escuchaba decir, en el video.

También se enfocaba el cuerpo, entero aún, en el piso, al costado de una mesa.


II.

Vi el video de mañana, el día de mi cumpleaños.

Había llegado la tarde anterior, pero no lo miré a tiempo.

Ahora todos están muertos.

No duele, pero es cierto.

O no alcanzó a doler, digamos.

Es información, simplemente.

Un grupo de verdades objetivas.

Como que todos vamos a morir, también, por ejemplo.

Como que es cuestión de tiempo.


III.

Intento no hablar de aquello, pero los otros buscan el tema.

Me saludan por el cumpleaños y comentan el video.

Qué casualidad, dicen algunos.

Hay que venderlo a algún medio, dice otro.

Cómo sea… lo más extraño es que hubo también otros presagos, dice un tercero.

Por ejemplo -agrega-, un anciano que habló bajito los noventa años de su vida, lanzó un grito agudo y muy extraño.

Está grabado el grito, comenta, como si dudásemos de sus palabras.

Hablamos luego de otras cosas.

Nadie dice, verdaderamente, nada más.

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