jueves, 1 de abril de 2021

Como un prólogo.


Me crean o no, pero este blog es algo así como un prólogo.

No desde sus inicios, claro.

Me refiero a que, al menos en mi mente, se fue transformando en eso.

Engañándome, tal vez.

Posponiendo algo que, en el fondo, tenía miedo de realizar.

En este sentido, escribir aquí pasó, en primera instancia, de ser un tratamiento a un compromiso.

Incluso, hubo un tiempo en que lo veía como una responsabilidad conmigo y con los otros…

Algo que, en resumen, intenté afrontar con honestidad hasta que el desgaste fue creciendo.

Y la honestidad se transformó entonces -sin matices-, en engaño.

Inconsciente en primera instancia, pero no puedo ya esconder la mirada.

Y a dónde mire veo ahora que hay más daño que bondad, y que las buenas intenciones quedaron olvidadas.

Y es que nunca di, en definitiva, el otro paso.

Ciertamente pude hacerlo.

Quise hacerlo.

Pero por alguna razón que no comprendo no lo hice.

Alargué la situación.

Pospuse.

Creí dar lo que no tenía.

Lamentablemente, como di a entender, el prólogo se hizo largo.

Y supongo que me detuve y hasta de vez en cuando, volví sobre mis pasos.

Dudé de mí y los otros dudaron.

Olvidé quién era y todo en mí pareció mentira.

Una mentira y un prólogo.

Pero no soy eso.

No puedo ser eso.

Habrá que volver al camino, supongo.

Ordenar la biblioteca, para alejarte de ella.

Para dejarla libre y partir, me refiero.

Igual que a un hijo, cuando no te necesita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales