sábado, 3 de abril de 2021

Lo dijeron mal.


Te lo dijeron mal. Como todo. Te lo enseñaron mal y por eso vengo a corregirte. Por si acaso estás a tiempo, aunque sabemos que si es tarde ya no. Cuestiónalo igual, por supuesto. Dale una vuelta. Hay que mirarle los dientes, al caballo regalado. Tómate tu tiempo. Si no es tarde no hay apuro. Ya sabes: igual puedes hacer mañana, lo que podrías hacer hoy.

Los que lo dicen mal no son ingenuos. Se traman algo. Te hablan de sabiduría popular, pero en realidad disfrazan intenciones propias. Y no son cosas livianas. Son más bien catástrofes, tempestades. Que no te engañen. No hay calma tras la tempestad. Tras la tempestad hay otra igualita, salvo que te acostumbras. Desbórdate. Reclama. Está mal la falta de grito. En bocas cerradas si entran moscas. Entran y no salen. Se quedan dentro. Ya sabes qué pasa después.

Te lo dijeron mal. Te intentaron moldear de esa forma. Te dejaron e la carne, fuera de ti. Extranjero de ti mismo. Olvídate de aquello. No confíes. Busca las respuestas en ti mismo. En la parte no contaminada de ti mismo. A la tierra que fueres, haz lo que debes hacer. Lo que sientas que debes hacer. Que el corazón sienta incluso por lo que no ve. Que el dolor ajeno sea también el tuyo. Más vale nunca que tarde.

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