domingo, 4 de abril de 2021

Un hombre con un martillo.


I.

Un hombre se pasea con un martillo.

Por fuera de la casa se pasea, dando vueltas por la calle.

Mira en varias direcciones mientras camina, como si buscase algo.

Algunos vecinos lo observan, desde sus casas.

Yo también lo observo, por supuesto, para ver si lo conozco.

En un principio me pareció que sí, pero luego pude apreciarlo más de cerca.

Nunca lo había visto antes.

Su rostro expresa desesperación.

No sé el nombre de ese hombre.


II.

Un vecino sale al jardín y lo escucho llamar al hombre.

Le pregunta qué quiere, con voz enérgica, y lo amenaza con llamar a la policía.

El hombre del martillo se acerca a él y no responde.

Luego, mi vecino le dice otras cosas que no alcanzo a comprender.

La situación es extraña.

Desde un lugar que no alcanzo a distinguir alguien le lanza una piedra al hombre del martillo.

No le llega, por cierto, pero el hombre se percata.

Entonces, parece molestarse e inquietarse todavía más.

A veces levanta el martillo, y parece murmurar algunas cosas.

Vuelve a recorrer la calle, de prisa, una y otra vez.

A pesar de todo esto, no logro verlo como amenaza.

Tal vez, simplemente, busca un clavo, me digo.

Quién soy yo para juzgarlo.

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