domingo, 25 de abril de 2021

Vacas bajo la lluvia.


¿Ves esas vacas, allá en la colina, bajo la lluvia?

Sí… las veo.

¿No has pensado qué significan?

¿Qué cosa?

Qué significan las vacas, bajo la lluvia.

Eh… pues no, no lo he pensado.

A veces es bueno hacerlo…

¿Hacer qué…? ¿Pensar sobre las vacas?

No exactamente.

¿Y entonces? ¿A qué te refieres…?

Da lo mismo. No quieres entenderlo.

¿Entender qué?

Nada. No importa.

¿Crees que no soy capaz de pensar en unas vacas?

No se trata de pensar en unas vacas…

¿No…? ¿Por qué no?

Porque no es necesario pensar en las vacas, solo observarlas, en la colina, bajo la lluvia.

¿Observarlas y luego qué?

Luego comprender qué significan. O al mismo tiempo, si quieres.

No te entiendo.

Comprenderlas mientras las observas, me refiero. Todo en uno.

¿Y luego de eso hostigar a otro? ¿Hacerle preguntas extrañas para comprobar si comprende lo mismo que tú comprendes?

Yo no quiero comprobar nada.

Y entonces… ¿para qué me pedías que observara a esas vacas, bajo la lluvia?

Porque quería darte un regalo.

¿Un regalo…? ¿Me querías regalar el paisaje de unas vacas, en una colina, bajo la lluvia?

No.

¿Y entonces?

Entonces no pasa nada… simplemente estás bajo la lluvia y no aprecias el regalo.

¿Qué regalo? ¿Las vacas?

No… No estoy hablando de vacas. Creí que te habías dado cuenta…

Me di cuenta: dijiste que mirara las vacas y miré las vacas.

Pues no era eso…. Pero no te preocupes…

Me doy cuenta que estamos bajo la lluvia hablando de vacas que están bajo la lluvia…

Déjalo así.

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