miércoles, 9 de diciembre de 2020

Se le quemó el cabello.


I. 

Se le quemó el cabello. 

Se le quemó de golpe, literalmente. 

Se había agachado a mirar al interior de una olla que estaba a punto de hervir. 

Entonces, las puntas del cabello hicieron contacto con el fuego y el cabello comenzó a arder rápidamente. 

Ella dice que miró un instante la olla, mientras el fuego crecía. 

No sabe por qué miró la olla. 

Por ese par de segundos fue que perdió prácticamente todo el cabello. 

Cuando quiso apagarlo, apenas logró arrancar algunos mechones, desesperada. 

Finalmente, puso su cabeza bajo el chorro de agua y logró apagar el fuego, aunque ya era tarde, por supuesto. 


II. 

No sabe por qué miró la olla. 

En eso piensa cada vez que recuerda lo ocurrido. 

Y no solo por qué la miró, sino para quién era esa olla. 

¿Qué iba a preparar? 

¿Para quién era todo aquello? 

En eso piensa ahora, con un tratamiento especial para regenerar lo perdido. 

Más tranquila, pues volverá a crecer el pelo. 

Con mayor dificultad en ciertas zonas, es cierto, pero crecerá de todos modos. 

Así le han dicho, pero claro… 

Ella no sabe por qué miró la olla. 

Una olla con agua, simplemente. 

Una olla que hervía para nadie.

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