jueves, 24 de diciembre de 2020

Agua subterránea.


I.

Bajo el hogar, la casa.

Bajo la casa, los cimientos.

Bajo los cimientos, tierra y rocas.

Bajo la tierra y las rocas, corre agua subterránea.


II.

Todo me lo muestran por un estudio geotérmico.

Me explican los colores, y me muestran el agua subterránea.

No es grave, pero hay que tomar precauciones, comentan.

La información me confunde: yo nunca tomo precauciones.


III.

Tras la información, la inquietud.

Tras la inquietud, la calma.

Tras la calma, el sueño.

Al interior del sueño, el agua subterránea.


IV.

Peces subterráneos viajan en las aguas subterráneas.

Sensaciones subterráneas duermen también en esa agua.

No sale a la superficie, nadie sacia con ella su sed.

Desconozco su origen y su fin; todo es subterráneo.


V.

Los vecinos se organizan y piden un estudio.

Parecen inquietos por el agua subterránea.

Prefieran la tierra y las piedras; los tranquiliza lo inmóvil.

Desconocen ellos, pienso yo, sus propios ríos.


VI.

Hacen un pozo, finalmente, en una de las casas.

En uno de los patios, más bien, es donde hacen el pozo.

Sacan agua, que parece limpia, y comienza una reunión.

Tanto el agua, como yo, estamos sin duda en el sitio equivocado.


VII.

Ahora es de noche y pienso en el agua subterránea.

Bajo hasta ella, de cierta forma, y me mojo la cara.

Un agua fresca que existe, tal vez, para seres subterráneos.

Entonces percibo, en lo oscuro, un ligero temblor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales