lunes, 28 de diciembre de 2020

El perfume.



El perfume de ella lo molestó. Lo debía haber sentido cientos de veces, anteriormente, pero en esa situación le parecía insoportable. Tanto así que, si ella le hablaba ahora, él pensaba que no podría evitar decirle algo desagradable. Hiriente. No directamente del perfume, por supuesto. Sino de otra cosa. Algo que doliera más que mencionar un perfume. Algo de ella, digamos. Que le fuera propio. Algo que no pudiera quitarse. 

Mientras pensaba en eso y seguía oliendo el perfume se acercaron dos personas más a darle el pésame. Él los escuchó en silencio. Miró al suelo para no tener que comentar nada y su estrategia funcionó, afortunadamente, tal como había ocurrido durante toda esa tarde. 

Observaba a la gente conversar. Comentar cosas. Unos pocos con una aflicción que podría considerarse verdadera. Miraban dentro del ataúd. Se sentaban en sillas que estaban dispuestas por los bordes de la habitación. De vez en cuando algunos salían a conversar fuera o a fumar algo. Tampoco es que fuese una gran tragedia. Después de todo, se trataba de la muerte de alguien ya mayor, que había estado convaleciente. Alguien de quien se podía esperar este desenlace. 

-Si te quieres ir un rato, puedes hacerlo -le dijo ella, acercándose-. Yo diré que te sentiste mal… te disculparé con ellos… 

Él escuchaba sus palabras mientras olía el perfume. Se le antojaba dulzón. Barato. De mal gusto. Un perfume de puta, pensaba, aunque en realidad desconocía los perfumes que usaban las putas. 

-No te ves bien -insistió ella-, debes descansar… 

Él entonces la miró directamente. Trató de elegir una frase dura, pero se sintió sin fuerzas. Además, ella se veía preocupada. La encontró linda, incluso. La tristeza la ponía linda, tal vez. Viéndola sintió ganas de llorar, sin saber por qué. 

-Tienes razón -le dijo, finalmente-, iré a descansar un rato. 

Ella asintió. Lo tomó de la mano y lo acompañó para que saliese de aquel lugar. 

Él iba cabizbajo. De hecho, no volvió a levantar la vista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales