Llevábamos ya un rato hablando, pero no lográbamos
acuerdo alguno. Es decir, el señor Monopoly insistía en que yo debía ayudarle a
limpiar su imagen y yo -que apenas lo creía real-, no entendía de qué mierda me
hablaba.
-Yo no tengo la culpa de nada –decía-. Yo solo
observo, dirijo, pongo reglas… Todo lo demás es problema de ellos…
-¿A qué se refiere? –insistía yo-. No logro
entenderlo…
-Digo que la culpa es de ellos… nadie los obliga a
comprar… ellos podrían dar vueltas simplemente y acrecentar su ganancia… y su
experiencia… ¡No es justo que me culpen a mí!
-¿Y usted quiere que lo ayude…?
-Sí. ¡No sé cuántas veces quiere que se lo pida…!
Quiero poner las cosas en su sitio… es cuestión de justicia, nada más…
-¿Pero qué objetivo puede tener lo que usted busca…?
-Es que usted no sabe, Vian…-dijo sollozando, cada
vez más nervioso-. No sabe qué se siente cuando te miran de esa forma… ¡Son
ellos los que quieren poseer! ¡Son ellos los que quieren tenerlo todo…! ¡Jugar
a tenerlo todo!
El señor Monopoly gritaba desesperado, mientras se
tiraba el bigote.
Yo le ofrecí un vaso con agua.
-Yo los entiendo… -dijo entonces, más calmado-. Yo
también pasé por eso… compré, vendí, caí en la cárcel… pero creo que he
aprendido con el tiempo…
-¿A qué se refiere?
-A que yo pagué las consecuencias… yo entendí…
ganar el juego es aquedarse solo, Vian… no es justo que vean en mí justamente
lo contrario…
-Pero su imagen promueve justamente eso… -intenté
explicarle-, el dinero, el poder económico, la posesión de bienes…
-¡Los bienes no se poseen, Vian! ¡Nada se posee,
realmente…!
-Pero usted es el señor Monopolio.
-Sí, Vian… pero mi monopolio es otro.
-No entiendo.
-Me refiero a que el único producto que realmente
no tiene sustituto y sobre el cual tengo monopolio, soy a fin de cuentas yo
mismo.
-¿Usted?
-Claro… ¿qué otra cosa podemos comercializar si no
somos nosotros mismos…?
-No sé… una casa, un terreno…
-No –me interrumpió-. Siempre habrán más casas,
líneas de trenes, terrenos… ¡Si hasta los servicios se renuevan…! Lo único
sobre lo que tenemos monopolio somos nosotros mismos.
-Pero y eso… ¿les interesará a los otros?
-No tiene por qué interesarles –replicó-. Basta con
que nos preocupemos por nuestro valor, por acrecentarlo, me refiero, pero como
un asunto personal… ¡Yo no tengo la culpa si ellos quieren mantenerse en el
juego!
-Pero usted quería que yo limpiara su imagen… que lo ayudase en una supuesta campaña…
-Sí. Eso quiero –señaló-. Pero no es solo por mi
imagen… es porque si yo no soy el culpable de lo que les ocurre… quizá hasta
puedan corregir algunas cosas… descubrirlas a tiempo…
-Pero usted mismo dijo que ponía las reglas…
-No hay reglas que valgan para otros, Vian… El
verdadero juego es revelarse, salvarse de un modo distinto que no sea la
posesión…
Los ojos del señor Monopoly brillaban, mientras
hablaba.
-¿Sabe cuántas veces gané la lotería, Vian? ¿Sabe
cuántas veces el Banco me ha dado un saldo a mi favor? ¿Sabe cuántas veces he
pagado por la educación de mis hijos? ¡Todo eso es pura mierda…! ¡Eso no cambia
realmente la vida de nadie…! ¡Eso nos hace seguir por un mismo camino que da
vueltas…!
-Pero usted… usted representa eso…
-Yo estoy obligado… yo soy el que observo, el que
dirijo y hasta el que pongo reglas… pero si entrego finalmente lo mío, será
otro el que cargue con ese infierno… Por eso usted tiene que decirles, Vian.
-¿Qué les digo?
-Que dejen de jugar… que ninguna de esas cosas
cambia nada cuando el camino no es propio…
-¿Ni siquiera el segundo lugar en un concurso de
belleza?
-Tampoco eso… -dijo sonriendo esa vez-. Dígales que
no necesitan avanzar lo que marcan los dados.
Yo asentí.
-Además –concluyó-, dígales que la gran diferencia
entre ganar y perder es que nunca puedes ganar todo… pero sí puedes perderlo…
-De acuerdo –contesté-. Les diré que se cuiden de
perderlo...
-Usted tampoco lo pierda, Vian –dijo finalmente-. Esto
también va para usted.
Yo agradecí el consejo.
¡No sé para qué quería tu ayuda, si solo se explica muy bien!
ResponderEliminar=)
Abrazos
No entiendo ... Me metí en una imagen de el señor monopoly en facebook cogiendo dinero y derrepente metió en esta página y he leído todo esto y está muy bien y si pueden me explican de que va esto porque he empezado la casa por el tejado o por la penúltima página de éste libro (si es un libro o solo parte del mismo) gracias.
ResponderEliminarEs extraño, pero sinceramente no sé cómo contestar a esa pregunta. Un texto diario. Van once años. Un compromiso.
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