“En tu pasión por lo verdadero
puede que solo vean lo maniaco”
O. W.
-¿En qué? –le dije.
-En esto… ¿le importaría decirme qué es lo que hay de estúpido en esto?
-Disculpe, pero no sé de qué está hablando.
-¿No sabe usted de qué estoy hablando? –repitió.
-No. No sé.
-¿Y entonces por qué se disculpa…? ¿Cree que no puedo darme cuenta de
su expresión?
-Eh…
-¡Lo ve…! No puede usted negarlo…
-Puedo negarlo, pero si usted…
-¡Puede negarlo porque usted es un caradura…! Era de esperar…
-Pero si yo no he hecho nada… no sé de qué me acusa…
-¡Lo acuso de ser usted…! ¡De ser usted y de todo lo que eso implica!
-¿Y qué es lo que implicaría ser yo?
-¡¿No lo sabe usted…?! ¡O sea que tiene el descaro de considerar
estúpido todo esto, y ni siquiera saber qué implica ser usted mismo…! ¡Usted es
realmente de la peor clase!
-Pero si yo…
-¡Nada! No se venga a excusar ahora que ya ha hecho el daño… Las
disculpas no sirven de nada en estos momentos.
-Pero si yo no me iba a disculpar.
-¡¿No se iba a disculpar…?! ¡¿Pueden oírlo…?! ¡No se iba a disculpar…!
¡Desvergonzado!
-Pero señor, baje la voz, están mirando todos…
-¡Pues qué se enteren…! ¡Ya estoy harto de esos como usted que viven
fingiendo ante todos y después lo tratan a uno como si estuviese equivocado, o
fuese simplemente un desquiciado… y quieren dar vuelta los hechos…!
-Pero si yo no he dicho eso…
-¿No? ¿Acaso usted cree que es así de sencillo fingir que no ha pasado…?
¡¿Quedarse quieto y hacer como si no hubiese nada qué reparar…?!
-Pero es que yo no entiendo, yo…
-¡Yo, yo, yo…! ¡¿Acaso no sabe pensar en alguien más que usted mismo…?
¡Usted es un egoísta…!
-Pero si no he hecho nada, se lo repito…
-Por lo mismo… ¡no hay nada peor que no hacer nada…! ¡Ese es el peor
egoísmo… no hacer nada ni por usted mismo! ¡¿Cree que lo va a salvar algún día
no haber hecho nada…?! ¿Cree que ese es un argumento válido…?
-No, pero…
-¿Va a repetir que no lo entiende? ¿Va a volver a excusarse y quedarse
en la nada…?
-Es que intento comprender qué sucede y no puedo…
-Lo que pasa es que usted quiere comprender esto como un proceso
sicológico...lo veo venir…
-¿Qué ve venir?
-Sus interpretaciones y juicios errados, por supuesto… su superioridad
artificial… ¡Pero le advierto…! ¡Nada de psicología!
-¿Nada de psicología…?
-Sí… y sobre todo nada de esa psicología que en el fondo, solo busca
descubrir aquello que puede explicar…
-Eh…
-¿Va siguiendo al menos lo que le digo…?
-Pues no sé, realmente…
-No saber es saber que no sabes… eso ya es valioso…
-¿Valioso?
-Sí, valioso. Quizá no tanto como para disculpar todo, pero por algo se
empieza.
-Mmm…
-¿Qué…? ¡¿Va a empezar de nuevo a encontrarlo estúpido?!
-No, pero…
-Pero nada. Déjelo así y yo trataré de olvidar la ofensa.
-Pero…
-No me lo agradezca, así sucede cuando uno ya viene de vuelta…
-Eh…
-¡Ya… nada de titubeos! ¡Y cuídese mejor de esa superioridad que busca
disfrazar…! –me dijo finalmente.
Yo me quedé en silencio.
-¡Ah… y duerma un poco! –concluyó.
Como siempre, geniales tus vueltas por la incongruencia para mostrar actitudes verdaderas por medio del absurdo.
ResponderEliminarUn abrazo
p.d
Un detalle, a partir del "eh" (en la mitad del texto, el usted se vuelve tú y ese cambio en la familiaridad hace algo discontinuo el texto)
Sí... había sido de gusto, como para enfatizar que luego esa voz adquiría una cierta "superioridad"... pero es cierto. Así que lo cambié. Igual nunca alcanzo a releer ni corregir lo que escribo...
ResponderEliminarGracias y saludos.