-Siempre me he hecho la idea del demonio como un
ser aséptico –me dijo-. O sea, un ser con guantes de goma, un delantal blanco y
quizá hasta con una mascarilla…
-¿Como un doctor? –le pregunté.
-No sé si como un doctor… más bien como un
dentista, con esos pequeños implementos extraños y metálicos… invadiéndote, de
cierta forma.
-…
-Una vez se lo conté a un psicólogo –continuó-,
porque a todo esto yo tenía un sueño bien angustiante con este demonio… y claro… puede que hasta haya
estado un poco obsesionado con esa idea de limpieza, o artificialidad…
-¿Y qué te decía el psicólogo?
-Ah… verdad… el punto es que tras algunas
conversaciones llegamos a la conclusión de que esa idea de asepsia, era como lo
contrario a la vida, porque claro, uno no puede vivir sin ensuciarse… y el demonio pasaba a ser entonces como alguien que era la negación de
esa vida… o la ausencia… no sé cómo explicarlo bien…
-Entiendo.
-Es una idea normal, según me dijo… o sea común...
ya nadie se imagina al demonio en medio del fuego, o con cachos…
-¿Y de qué trataba el sueño?
-¿Cuál sueño?
-Ese que decías que era con el demonio…
-Ah, sí… es que soy un poco disperso… -se excusa-. Mira,
era un sueño complejo… pasaba en la consulta de una especie de dentista…
-¿El mismo que después era el demonio?
-Sí… el demonio de bata blanca, solo que ya desde
antes era una especie de demonio…
-¿Y qué ocurría?
-No lo recuerdo muy bien en realidad, pero sé que
en un momento yo tenía la boca llena de esa pasta que utilizan para hacer un molde de tus dientes… ¿la conoces?
-Sí, me hicieron un molde para unos frenillos,
cuando chico…
-Pues bien, el punto es que pasaba mucho tiempo y
yo estaba en el sueño con esa pasta, incómodo en una silla donde estaba
inclinado hacia atrás y no alcanzaba a ver bien lo que el demonio hacía…
-¿Pero te sentías amenazado, o algo así?
-No, amenazado no, pero era como sentir que de
cierta forma la pasta esa te llenase, como un relleno… y pudieran entonces sacar
un molde entero de lo que no eres tú…
-No te entiendo…
-Es que los moldes funcionan así… como un negativo…
Me refiero a que la pasta termina por revelar mis vacíos, todo lo que no es
forma, lo que no soy yo…
-Pero es ese vacío que hay en tu interior…
-Claro, o como una especie de alma, si quieres…
como una violación del alma… un exponerla abiertamente…
-…
-El punto es que en el mismo sueño, de pronto me
veía dentro de una especie de bodega… pero una bodega inmensa… infinita casi…
llena de esos moldes interiores…
-¿Los moldes de todas las personas?
-No… los moldes de ti mismo, más bien… como si te
transformaras interiormente con el tiempo, o te corrompieras…
-¿Y tú estabas en esa bodega?
-Claro… o sea todo era la bodega… no existía nada
fuera de esa bodega… solo que al hacerme consciente uno se llenaba de una
sensación de miedo, como si eso expusiera
tu interioridad, tu suciedad… y pudieras ser juzgado por aquello…
-¿Y quién te juzgaría, se supone?
-¿En el sueño?
-Claro…
-Pues no sé… no creo que el demonio de bata blanca
porque ese como que no era el jefe, ni el juez… pero lo que más recuerdo, eso
sí, era una sensación similar a la de ser juzgado… era como sentirse culpable
de tu deterioro, o del desgaste de tu molde interior, por llamarlo de alguna
forma…
-¿Y si no hubiese sido un demonio? –le pregunto
entonces.
-¿Quién?
-El de la bata blanca… ¿cambiaría en algo el sueño
si en vez de demonio hubiese sido un ángel o algo así?
-Mmm… no creo –me contesta finalmente-, ni aunque
hubiese sido Dios…
Y claro, luego seguimos hablando, pero de asuntos
de los que no es posible extraer (y por eso los omito), significado alguno.
Muy buen material para el análisis!
ResponderEliminar=)