sábado, 9 de junio de 2012

¿Por qué hablas así?


“Mucho me temo que no me gusta nada que,
después de todo, esta no sea una historia feliz”.
David Foster Wallace.


I.

-¿Por qué hablas así? –le pregunté.

-Así cómo quieres decir, de qué forma entiendes que hablo yo –me dijo.

-No sé bien cómo decirlo –intenté explicar-, pero es un poco extraño…

Entonces ella hizo una pausa y levantó los hombros, aparentemente incapaz de dar cuenta de su propia naturaleza.

-Así soy yo –agregó sonriendo-, y creo que pienso que está bien, o que al menos no es problema… ¿lo es para ti?

-¿Qué cosa?

-El problema… te pregunto si piensas que tú crees que tu impresión de cómo hablo es problema para ti…

-Eh… no, no sé… no creo… -contesté algo confundido.

-Yo creo que tú quizás debas preguntártelo… -continuó-. Y es que es lo que todos piensan que hay que hacer, cuando pasa esto…

-¿Cuándo pasa qué?

-Esto –dijo ella, pero sin señalar nada en específico.

Y claro, yo dejé de insistir.


II.

-¿Tú no sientes que a veces podrías pensar que eres tú el que habla extraño? –me preguntó ella, luego de un rato.

-¿Pensar que yo hable extraño?

-Sí, considerar que quizá sea correcto suponer que hablas raro, o incompleto.

-¿Tú crees que deba considerarlo…? –le pregunté.

-Claro… -contestó-, o al menos debieras considerar poder considerarlo…

-¡Espera! -la interrumpí-. ¿Acaso no encuentras extraño decir que yo debiese “considerar poder considerarlo”?

Y claro, ella entonces pareció pensarlo por un momento, pero finalmente siguió en silencio y hasta cerró los ojos, como si durmiera.


III.

-¿Duermes? –le pregunté luego, pero ella no contestó.

Y claro, esperé unos minutos y repetí la pregunta, pero tampoco hubo novedad.

Entonces, para reflexionar sobre lo sucedido, cerré yo mismo los ojos, y pensé en la forma en que se expresaba aquella muchacha.

Así, tras unos segundos de oscuridad, volví a abrirlos, y ya no vi rastros de aquella chica.

-Quizá… -me dije entonces-, quizá ella haya tenido razón sobre mi forma de hablar…

Es decir… -escribí por último, en un papel-, ella mencionó aquello de la incompletitud… y quizá hasta intuyó las razones a las que aquello podía deberse…

Así, finalmente, siento que resultó ser cierto aquello de “considerar poder considerar”… y desde ahí, reconocer algunas cosas básicas, como la distancia que tenemos con nosotros mismos…

Y es que en mi caso, por ejemplo, quizá debiese considerar ir planteándome algunas cosas que a veces van quedando un par de peldaños más abajo, de lo que son mis palabras.

Y claro… tengo miedo de decirlo de otra forma… eso también es lo que ocurre.

Puede parecer sencillo, es cierto... pero tengo miedo.

2 comentarios:

  1. lo más sencillo a veces es lo complicado, lo más fácil a veces es ser complicado.
    Besito.

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