“Lo único que puede inferirse es que el
ser
no es algo así como un ente.”
Martin Heidegger.
Entre otras acciones de extraña importancia, hoy
ordenaba unos apuntes para un trabajo sobre Heidegger, leía Hamlet para hacer una prueba a mis alumnos
y veía una película de clase B llamada El
ataque del tiburón de dos cabezas.
Así, resultó que ciertas cosas se mezclaron y el
día entero pareció entonces revolverse y amenazar con no dar frutos…
Y claro, fue entonces que recordé una costumbre que
tenía de pequeño para abordar este tipo de días intentando formular algunas
conclusiones, que por lo demás nunca analicé, luego de escribirlas.
Y claro, para no ser menos y evitar de paso desestimar
parte del material, me decidí a retomar la costumbre, repitiendo incluso el
número de conclusiones que acostumbraba hacer, en aquel entonces. Aquí les van:
Las
12 conclusiones del día de hoy.
10
propias, dos ajenas y un bonus que no cuenta
1. Lo que plantea Heidegger sobre el concepto del
ser, es aplicable a todo concepto.
2.
Hamlet no actúa movido por la idea de vengar a su padre, sino porque es incapaz
de asimilar el paso del tiempo en relación a sus propias emociones.
3. Un
tiburón de dos cabezas no piensa más que un tiburón de una.
4. La
meta provisional de Ser y tiempo (la interpretación
del tiempo como horizonte de posibilidad para toda comprensión de ser en
general) no puede entenderse como una cuestión distinta a la meta central (la
elaboración concreta de la pregunta sobre el sentido del ser), pues la comprensión
sobre el sentido de esta última pregunta, no puede lograrse sin situar su ámbito de aplicación en un tiempo ya
interpretado.
5. Hamlet
–como personaje-, no hace distingos entre metas provisionales y metas
centrales. De hecho, todo en él, y hasta su propia existencia, es provisional.
6. Los
tiburones de dos cabezas incluyen en su dieta implantes de silicona.
7. De
entre los variados problemas que surgen al momento de intentar definir el
concepto del ser, el más complejo de todos es que estamos acostumbrados a
usarlo comprendiéndolo en el uso, pero desconociéndolo en el ámbito en que
dicho concepto existe realmente. Es decir, esta comprensibilidad aparente del
término, no hace más que demostrar una real incomprensibilidad.
8. “Sabemos
lo que somos, pero no lo que podemos venir a ser”, dice Ofelia.
9. “Esta
vaciedad es más que la sustancia”, dice Laertes.
10.
Quizá Heidegger, en cierto sentido, es también un tiburón de dos cabezas. Así, se
explicaría como la codificación que realiza pasa a tener momentos donde se enfocan
dos ámbitos del significado de un signo. Es decir, además de la división
significante-significado, la segunda cabeza de Heidegger parece ser capaz de
distinguir entre un sentido (significado en movimiento, a partir de la
necesidad de incluir ese signo en un signo mayor cuyo significado es el mundo) y un significado tradicional más
estático, interpretado en el tiempo.
11. Es necesario
hacer secuelas a la película del tiburón de dos cabezas. Yo propongo tres: El ataque del tiburón al hombre de dos
cabezas, El ataque de la cabeza
izquierda del tiburón a la cabeza derecha del ídem y El ataque del tiburón sin cabeza (esta última apta para todo
público).
12. Señor
Heidegger, ¿se puede preguntar por el sentido que tiene la aplicación de un concepto que es indefinible, o es muy tonto lo
que estoy diciendo…?
Bonus. Lo
que plantea Heidegger sobre el concepto del ser, es aplicable a todo concepto,
e incluso a la relación que tenemos con los otros. Es decir, la necesidad de nombrar
la vida responde no solo al deseo de tocar
aquello que existe en nuestro interior, sino además, al deseo de entregar al
otro la posibilidad de tocarnos realmente.
Es decir (2), comprensivamente.
Dos cabezas, una sonriente la otra devoradora, bicéfalo tiburón, doble personalidad que se pregunta siempre, ser o no ser. No queda otro remedio que ser, he ahí el dilema ¿qué?
ResponderEliminarSeguro que las dos cabezas se tocaban mucho...
ResponderEliminarJajaja! son las anotaciones más simpáticas al derredor de Heidegger que he leído en mi vida. Estas analogías tienen una impresión muy clara
ResponderEliminar