domingo, 28 de julio de 2024

Tu corazón como un Tesla.


Sí, suena raro, pero está bien dicho:

Tu corazón como un Tesla.

Ya sabes…

Igualito a uno de esos autos eléctricos que se conducen solos.

Sí, de esos hablo…

De esos que andan por ahí sin siquiera hacer ruido.

No sé si te conté:

Una vez estuve en una ciudad donde vi algunos.

Y es extraño: no se sabe nunca si van, o si vienen.

Me refiero a que no los oyes venir, por ejemplo,
pero también a que no sabes si realmente se están alejando.

Sí, así mismito son.

Podríamos decir que solo es por el ruido, es cierto.

Pero en el fondo sabemos que influyen también otras cosas.

No tenemos ya para qué engañarnos.

No es necesario, digamos.

Por lo mismo, no tengo miedo en confesar que veo Teslas
e imagino satélites muertos en órbita.

Sí, de esos satélites que han dejado de funcionar.

Brillantes y sofisticados, en primera instancia,
pero basura espacial, al mismo tiempo.

No quiero ofenderte, pero así los veo, ciertamente.

Como muertos brillantes, flotando en el mar.

Sí, suena raro, pero es cierto.

Incluso tu corazón puede saber qué es cierto.

Tu corazón como un Tesla, me refiero.

Puedes verlos:

Muertos flotando en el mar.

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